Creativo y reflexivo, llama la atención su gran experiencia, a pesar de sus 41 años recién cumplidos. Nació casi al mismo tiempo que Cristian Lay, la empresa que su padre fundó a principios de los 80 en Jerez de los Caballeros y que, actualmente, es la mayor empresa extremeña. Sabe de su tierra, Extremadura, y de empresas familiares. Director ejecutivo de la división industrial del Grupo CB, ocupa, desde este verano, la presidencia de la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar, que con más de 325 empresas y una facturación agregada de más de 2.600 millones de euros, representa el 20% del PIB privado de Extremadura.
Destaca de la empresa familiar “su arraigo a la tierra, el deseo de perdurar y su instinto de supervivencia”. Unos valores que, a su juicio, hará que el papel de estas empresas en la recuperación y reactivación de la región sea “primordial”. Miguel Ángel Leal cree firmemente en el diálogo y la colaboración “con otras asociaciones, con las administraciones o la Universidad”. “Es necesaria” nos dice, mientras analiza la gran oportunidad que tiene Extremadura “ahora”. Al fin y al cabo “la deslocalización y el teletrabajo nos puede venir muy bien a la hora de atraer talento” a una región “en la que aún hay muchas cosas por hacer, con muchas ideas y la capacidad económica que nos pueden dar los Fondos Europeos”.
Fondos Europeos
Unos Fondos Europeos de los que se espera que se conozcan pronto más detalles y que “habrá que aprovechar y dar forma para hacer realidad las iniciativas más adecuadas a las necesidades de transformación y desarrollo del tejido empresarial regional” nos explica el presidente la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar. Y en esas está la empresa familiar, poniendo en marcha una agenda de trabajo con la administración regional para analizar y trabajar de manera conjunta el uso y el alcance final real de estos fondos en la economía extremeña.
Reconoce que la empresa familiar extremeña está acusando las consecuencias de la crisis provocada por la COVID-19, “las empresas de los sectores más afectados como la hostelería, el comercio y el turismo están pasando por serias dificultades” y las que no tienen tantas “se encuentran con materias primas que oscilan mucho, mercados que se abren y se cierran y problemas con la propia gestión de la pandemia”. Como también confiesa que la actual crisis “puede afianzar el compromiso de las siguientes generaciones” con la continuidad de sus empresas, si bien es cierto que “además de una generación comprometida y preparada, tiene que haber un padre dispuesto a dejar el mando”.
Agilidad y comunicación con la administración
Asegura que la empresa familiar “es más de proponer que de pedir” y dentro de estas propuestas confía en “la agilidad con la administración y en la comunicación”, dos condiciones necesarias para el crecimiento y consolidación de las empresas familiares extremeñas en el futuro más inmediato.