Nacido en Cáceres, profesor en la Universidad de Évora, escritor y traductor , Antonio Sáez Delgado es otro testigo relevante de la europeidad desde Extremadura.
Es también experto en relaciones hispano-portuguesas y premio Eduardo Lourenço, concebido por el Centro de Estudios Ibéricos y que reconoce a instituciones y personalidades con una aportación relevante en el ámbito de la cultura, la ciudadanía y la cooperación ibéricas
- ¿Qué quiere decir Europa para usted?
La idea de Europa ha sufrido en los últimos años una especie de aceleración histórica de acontecimientos, muy propia de la realidad que vivimos. Hace poco más de una década, era algo así como un sueño ansiado transformado en realidad. Ahora, tras la experiencia de la crisis económica y la aparición de nuevos formatos sociales basados en el nacionalismo y el miedo a lo diferente, se hace necesario comprobar si Europa es capaz de encarar con valentía y decisión los retos que tiene por delante. Digamos que en el seno del sueño han empezado a crecer la incertidumbre y el escepticismo.
-¿Qué le gusta de Europa y en qué debería mejorar?
Me gusta la movilidad sin pasaportes, la posibilidad de cruzar fronteras inexistentes, la creación de un modelo de convivencia y respeto común basado en la solidez de la cultura y los principios democráticos. No me gusta, más bien me horroriza, lo que sucede al sur de Europa, el terrible cementerio en que se ha convertido el Mediterráneo. Tampoco me gustan los brotes de intolerancia y recelo a lo diferente que, fruto del miedo, encontramos en Centroeuropa.
- ¿Desde su punto de vista, qué cree que significa la UE para España?
La UE es fundamental para España, como quiero creer que España (y todos los países del sur) será fundamental para la UE. Si esta ecuación no tiene sentido de ida y vuelta, nuestros principios se resquebrajan.
- ¿Nos puede contar una experiencia personal que a modo de testimonio sea ejemplo de esta dimensión europea.
Probablemente el campo de la educación sea un ejemplo de trabajo bien hecho. Son ya muchas las generaciones de alumnos Erasmus que viajan y estudian en otro país que no es el suyo. Creo que ese (educación y mentalidad abierta) es el verdadero futuro de Europa, fundamentado en la tolerancia, el respeto y la justicia.