Extremadura es la cuarta comunidad que más ha aumentado sus emisiones desde 1990 (al pasar de un factor 100 a 147), si bien el conjunto de sus emisiones sólo representa el 2,1 por ciento del total emisiones de España, según un informe sobre cambio climático del Observatorio de Sostenibilidad.
El objetivo de este informe, donde se describen las emisiones de Extremadura y algunas de las evidencias observadas, es alertar a la sociedad de la importancia del cambio climático en la comunidad y de la necesidad de tomar “acciones urgentes”.
Las emisiones por habitante del año 2014 en Extremadura ascendieron a 7,15 toneladas, situándose en una posición intermedia; por hectárea es la comunidad que menos emite y por unidad de Producto Interior Bruto (PIB) es la sexta.
En el informe se indica que en este primer cuarto de siglo las medias anuales de las temperaturas máximas se incrementarán en al menos 2 grados centígrados en todo el territorio extremeño.
Hasta 2050 se prevé una importante reducción de las precipitaciones anuales “de hasta 350 milímetros en las zonas más lluviosas”, según informa el Observatorio en una nota de prensa.
Además, se prevé “una reducción” del área de distribución de la encina respecto a su área actual, así como un “efecto crítico” sobre el área de distribución del alcornoque.
La avutarda común sufrirá “una importante reducción” de su área en la península; y en el canal de Montijo se ha comprobado “la existencia de algas tropicales asiáticas indicadores de altas temperaturas”.
Europa reduce, España no
“España no ha hecho los deberes en cuanto a reducción de emisiones en cambio climático. Ha pasado de un factor 100 a un factor 115 mientras Europa en el mismo periodo pasaba de 100 a 77”, ha lamentado Fernando Prieto, uno de los autores del estudio.
En su opinión el país debe apostar para el futuro por “una economía baja en carbono, basada en las renovables además de empezar a adaptar todos sus sectores productivos al cambio climático”.
Las ciudades, la agricultura y las costas son “especialmente vulnerables” y deben de realizarse “actuaciones de adaptación sin más dilación”.
Según Raúl Estévez, otro de los autores del estudio, los efectos sobre la biodiversidad del cambio climático “se extienden por todo el territorio y afectan todos los espacios protegidos”.
“Esos efectos afectarán a todos los sectores económicos y al bienestar de todos”, ha agregado, por lo que son “necesarias actuaciones de adaptación para los efectos que ya estamos detectando, como las elevadas temperaturas de este verano”.
Carlos Alfonso ha explicado que todas las políticas públicas “deben de integrar el cambio climático en su diseño y ejecución”.
“Las empresas y la sociedad deben de empezar a tomarse muy en serio el cambio climático. Se está acabando el tiempo para poder actuar con garantías de éxito”.