El Gobierno regional tiene “dificultades” para cumplir la promesa de subir un 1% a los funcionarios

El Partido Socialista prometió en su programa electoral autonómico que subiría un 1% el sueldo a los funcionarios, y reduciría la jornada semanal de los empleados públicos, de las 37,5 horas actuales a 35. Ganó y gobierna, pero no ha cumplido ninguno de esos compromisos, que ahora le reclama la federación de servicios públicos (FSP) de UGT.

Este martes ha preguntado por esos dos temas en una de las mesas de negociación con la Junta. De la subida salarial “nos responden que no ha sido aprobada en el Consejo de Gobierno, así que les hemos dicho que el asunto vuelva allí y modifiquen esa decisión errónea”, explica José Ignacio Luis, secretario regional de FSP-UGT.

Mientras tanto el Gobierno central sí ha aprobado la subida para sus empleados de la administración general del Estado, frente a un Ejecutivo extremeño que se muestra según el sindicalista “más restrictivo”.

La explicación de la Consejería de Hacienda y Administración Pública es que de momento no es posible porque los presupuestos están prorrogados y hay que esperar a los nuevos. “A nosotros es una excusa que no nos vale”, rechaza el portavoz de UGT, “entre otras cosas porque la consejera Pilar Blanco-Morales nos dijo que habría subida aunque hubiera que prorrogar el presupuesto de 2015”.

“Los problemas que tengan en la negociación presupuestaria no nos incumben”, zanja el secretario de FSP-UGT.

La misma exigencia mantienen con la reducción a 35 horas semanales, una cuestión que “estamos estudiando cómo aplicar”, argumentan desde la Administración autonómica a eldiarioex. Una promesa electoral que el nuevo gobierno castellano-manchego ha sido el primero en aplicar, aunque existen dudas legales de que una comunidad pueda cambiar la jornada ya que fue declarada motivo de legislación básica estatal, y sigue estando en 37,5 horas.

Al margen del encaje legal, la Junta de Extremadura “puede aplicarla de hecho cuando quiera, la eficacia en la función pública no depende de echar más horas sino de una buena organización”, plantea UGT, que reclama que la nueva jornada empiece el 1 de febrero.