Más jóvenes y mayor cantidad en menos tiempo: el perfil del nuevo alcohólico

Efe

El perfil del alcohólico extremeño, desde hace años reconocido como un enfermo, ha pasado en relativamente poco tiempo del de una persona madura con su vida ya hecha al del niño-joven inconsciente del peligro físico y mental de consumir rápidamente y en grandes cantidades una droga legal que puede arruinar sus vidas.

Los jóvenes de la región beben alcohol cada vez más pronto, incluso a los 12 años, y en mayores volúmenes hasta llegar a comas etílicos y fuertes adicciones que pueden impedirles desarrollar sus vidas, un tema que afrontan administraciones públicas como la Junta y asociaciones de afectados como la de Alcohólicos Rehabilitados de Extremadura (ALREX).

La secretaria técnica de Drogodependencias de la Junta, María del Pilar Morcillo, ha dicho a EFE que unos de los colectivos más vulnerables son los menores ya que se comienza a beber a los 13 años o antes en el caso de los chicos y los 14 en el de las chicas, que ya van alcanzando a los varones.

A su juicio, “el perfil del nuevo bebedor” no es el de una persona que consume progresivamente sino que el de alguien que se da “un atracón” los fines de semana en espacios abiertos, con algunos casos de intoxicaciones etílicas repetitivas por las que se sufren notables daños físicos como psicológicas en el tiempo.

Ha explicado que su departamento se rige dentro del Plan Nacional sobre Drogas y que éste refleja que en el país el 31,9% de los estudiantes de Secundaria se centran en los abusos de fin de semana y muy ligado al consumo del cannabis y otras sustancias, y que el 80% de los jóvenes ya han bebido siendo menores de edad.

En cuando a la región, la edad media de comienzo de los chicos son los 13 años y la de las chicas los 14, y que el consumo semanal, por ejemplo “el picoteo de cerveza”, son los 15.

Ante todo esto, ha continuado, La Junta desarrolla un Plan de actuación sobre el problemas con numerosas medidas transversales centradas en la prevención, “la tolerancia cero a menores de edad”, en el que colaboran otras administraciones públicas, profesionales y las asociaciones de afectados por la enfermedad alcohólica.

Entre estos medios ha mencionado los Centros de Atención a la Drogodependencia (CEDEX) y las unidades hospitalarias de Alcoholismo de Plasencia (Cáceres) y de Desintoxicación de Badajoz, los programas de tiempo libre para apartar a los jóvenes del “botellón” e implicar a las familias ya que muchas han pasado de prohibir el consumo a sus hijos a tener una actitud de “pasividad y descontrol”.

No se reduce

A su vez, el presidente de la Federación regional de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados (FALREX), Wenceslao Apostúa, ha dicho a EFE que el alcoholismo no se reduce, que la edad de inicio es ya de los 12 años y que cada vez consumen más las niñas.

Entre los puntos positivos ha mencionado que las administraciones públicas, entre ellas la Junta, actúan para que “esto cambie”, aunque ha agregado que espera que haya más recursos y que los padres se impliquen ya que sus hijos no se desarrollan normalmente.

Por su parte, el doctor que atiende a pacientes de centros de ALREX en varias urbes Adolfo Álvarez Villarino ha señalado a EFE que no hay datos concretos de Extremadura pero que es patente que el problema del alcohol “va en aumento y es único” por su aceptación social y “el grado de enganche y el deterioro personal”.

Ha resaltado que es en la juventud cuando se comienza a beber, que el consumo actual es “compulsivo-impulsivo” y más frecuente, y que aunque muchos jóvenes no desarrollan enfermedades hepáticas “numerosos se quedan en la carretera” o tienen problemas jurídico-penales o no pueden desarrollar normalmente sus vidas.

“Aquí no hay varitas mágicas”, según Álvarez Villarino, a pesar de que las administraciones públicas llevan años con buenos medios y de programas de prevención, y de que las asociaciones de alcohólicos hacen un buen trabajo.

Entre los casos particulares Carlos, de 40 años y socio de ALREX de Mérida, ha dicho que “empecé la carrera alcohólica a los doce cuando unos amigos nos fuimos a una casa a beber y, desde entonces, en línea recta. Cuando empiezas a beber así no sabes parar, pero hay que pensar que o cambio mi vida o me voy a tomar por saco”.

También ha hablado un emeritense más veterano, Paco, de 58 años y 18 en rehabilitación, que ha destacado que los alcohólicos coinciden “en el destrozo familiar, laboral y social”, que hace 30 años “se iba a un guateque y sólo se consumía vino o cerveza a escondidas”, y que ahora “la juventud va a los botellones, bebe más pronto, de una forma más peligrosa bebidas blancas y acaba en el fracaso escolar, en relaciones que no cuajan y en daños físicos”.