La curva descendente en reservas de los pantanos extremeños, iniciada en mayo pasado cuando empezó la temporada de riegos agrícolas y acentuada por el verano siempre seco, se ha roto antes de lo habitual y desde la toma de datos del pasado 7 de octubre han empezado a subir gracias a la sucesión de frentes borrascosos que han beneficiado a Extremadura en los últimos días.
Las 23 presas del Guadiana (17 en la provincia de Badajoz y 6 en la de Cáceres) han ganado 53 hectómetros desde esa fecha hasta los 3.205 ahora acumulados, y este jueves se encontraban al 39,73%, próximas a un 40% que podrían alcanzarse si siguen las escorrentías de lo llovido en estos días.
La situación de la cuenca es mucho mejor que la del año pasado en estas fechas, 17 puntos por encima ya que a principios de octubre de 2023 presentaban un preocupante 22,8% de llenado.
Son casi 1.400 hectómetros cúbicos más los que hay ahora (1.817 entonces y 3.205 ahora), que aseguran de sobra una campaña normal de riegos y abastecimiento veraniego, ya que este año se han gastado en ello 1.000 hectómetros; cuando en mayo se acabaron las lluvias las presas del Guadiana guardaban 4.113,5 hectómetros.
En la cuenca cacereña del Tajo esta semana hay 3.755 hectómetros cúbicos, que son 56 más que los que había hace un año, y el nivel de llenado es el 59,4%.
La “peculiariedad” de algunas presas como Alcántara, Cedillo o Torrejón-Tiétar es que sus niveles están principalmente al servicio de la producción hidroeléctrica y, a diferencia de los del Guadiana, no obedecen por tanto estrictamente al régimen de lluvias y otros consumos.