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La excavación en la fosa común del franquismo en la mina La Paloma alcanza ya los 33 metros

Los trabajos de exhumación en la mina La Paloma de Zarza la Mayor (Cáceres), donde prevén encontrar una veintena de cuerpos de represaliados por el franquismo y que se tuvieron que aplazar en mayo por problemas logísticos debido a la profundidad de las excavaciones, alcanzan ya los 33 metros.

El investigador de la Universidad de Extremadura (UEx), Julián Chaves, ha indicado que con los trabajos realizados en la mina Terría se ha conseguido “un hito; una referencia nacional e internacional por lo prolijo del proceso y porque hemos podido culminar una exhumación que era muy difícil. Y no será la última, porque estamos empeñados en seguir un proceso similar en otra sima: en la Mina La Paloma”. En este contexto ha manifestado que “ya estamos con la segunda intervención, 33 metros de profundidad”, gracias al apoyo de las instituciones, la Diputación, ayuntamientos o asociaciones.

La Diputación de Cáceres, la Universidad de Extremadura y el Ayuntamiento de Zarza la Mayor dieron en 2019 los primeros pasos para la firma de un convenio para la exhumación de restos que ahora se practica en la mina La Paloma, ubicada en la localidad cacereña, y cuyas primeras investigaciones apuntaron a que pudiera albergar restos de unas 50 víctimas de 1936.

Se trata de tres minas de un complejo minero de fosforita que se retrotrae al siglo XIX y en el que se calcula que puedan estar los restos de medio centenar de personas represaliadas durante la Guerra Civil Española, procedentes no sólo de Zarza la Mayor, sino de otras localidades próximas de la Sierra de Gata, según Chaves.

El investigador ha reconocido en varias ocasiones la dificultad de esta operación en La Paloma, porque “son tres minas de muchísima profundidad y en un terreno enormemente complicado; es blando, puede ceder y hay que actuar con enorme cuidado”.

De hecho, en mayo de 2024, los trabajos tuvieron que ser aplazados por problemas de logística, cuando los excavadores se encontraban ya a 30 metros bajo tierra, debido a que esta altura era la máxima a la que podía acceder la grúa. Se tuvo que desmontar toda la instalación, colocar una grúa de mayor capacidad y continuar una vez que se dejó montada de nuevo, en palabras del presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 75.000 euros y “no concluirá hasta que se encuentren los cuerpos”, ha señalado Morales.

La intención de esta actuación es seguir la misma hoja de ruta que en la mina Terría de Valencia de Alcántara, cuyas actuaciones han concluido con las pruebas de ADN practicadas a los restos de las 49 víctimas (que fueron halladas a 26 metros de profundidad), comparando el ADN de sus familiares; unos análisis que se han llevado a cabo en el laboratorio de genética Biomics del País Vasco.