Guillermo Fernández Vara (60 años de edad) se somete el domingo a las urnas en la que si todo sale según lo previsto será su última legislatura como presidente de la Junta de Extremadura. La ley regional de cargos públicos de 2014 prohíbe ocupar el puesto a quien lo haya ostentado a partir de ese año dos mandatos (en su caso el que empezó en 2015, y el que se iniciaría ahora) o en todo caso haya sido presidente durante un total de ocho años también desde entonces, tope que cumpliría en 2023 de ser ahora nuevamente elegido.
Será pues la legislatura de su despedida tras 24 años, hasta el momento, ocupando cargos públicos en la Administración autonómica desde que en agosto de 1995 Rodríguez Ibarra le promoviera a director general de Salud Pública y Consumo. Luego consejero en la materia y en 2007, tras la renuncia de Ibarra por enfermedad, presidente de la Junta después de obtener el PSOE una mayoría absoluta con 36 escaños; cuatro años más tarde, en 2011, sufrió una derrota amarga de la que se repuso en 2015.
Secretario regional del partido desde 2008, cargo que renovó en 2012 y en 2017, en los próximo años se plantearía su relevo.
-Este sería efectivamente, si sale investido, su último mandato como presidente, ¿cómo encara en ese sentido una posible reelección?
Con ilusión y con una enorme responsabilidad. Mi preocupación en estos años ha sido gobernar pensando en los extremeños y las extremeñas. Aplicando el sentido común, desde la defensa del interés común, cumpliendo con nuestras obligaciones, pero atendiendo y garantizando las necesidades de la ciudadanía. Entiendo la política como el único instrumento útil capaz de demostrar confianza en la gestión de lo público.
Encaramos esta nueva etapa en una situación que hoy es mejor que hace cuatro años, pero no es como a mí me gustaría. Por ello, es necesario seguir trabajando para hacer posible que los avances logrados tengan una vía de continuidad.
-Si no consigue mayoría absoluta, ¿cree que es conveniente repetir la idea de pactos y acuerdos con todas las fuerzas políticas posibles, como ha hecho en esta legislatura con Podemos, PP y Ciudadanos?
Concurro a estos comicios con un objetivo claro: ganar las elecciones. Salimos a intentar ganar estas elecciones con mayoría absoluta. Pero, en cada cita electoral, la ciudadanía tiene la potestad de decidir quién gana, aunque con sus votos también decide quién pierde. El resultado en las urnas es determinante. No es lo mismo estar a dos puntos del siguiente, que estar a quince. Tras el recuento del 26M sabremos qué escenario nos queda al día siguiente y a partir de ahí yo no tendré ningún problema en pronunciarme.
-¿Partidario de un gobierno de coalición, de unos acuerdos de legislatura, o en cada momento y en áreas determinadas con unos y otros?
Nuestro proyecto es un proyecto ganador, que busca la máxima estabilidad para garantizar un gobierno para esta región. Como le he dicho, a partir del escenario del 26M me pronunciaré. Respecto a nuestro talante en las formas de gobernar, la actual legislatura puede servir de ejemplo. En los últimos cuatro años hemos aprobado cuarenta leyes y veinte de ellas por unanimidad. Hemos sacado adelante leyes con el respaldo del PP, con Podemos, con Ciudadanos… Aprobamos los cuatro presupuestos, dos con PP y dos con Podemos. Nuestra voluntad para llegar al acuerdo está más que demostrada.
-Si no saca mayoría absoluta, ¿con Unidas Podemos, con Ciudadanos, o con ambos?
En el mandato que ahora termina, siempre hemos salido al encuentro con todas las fuerzas políticas con representación en la Asamblea de Extremadura. No tengo ningún problema en la búsqueda del consenso. Y si ese es el escenario que quieren los extremeños y extremeñas, hay asuntos en la sociedad en los que hay que buscar el diálogo a un lado y a otro, a derecha y a izquierda. Es evidente que en las políticas sociales será mucho más fácil entenderse con Podemos, y en temas económicos con formaciones como PP o Ciudadanos.
-¿Se le pasa por la cabeza, o cree posible perder el gobierno por un pacto a la andaluza PP-C's-Vox?
Esa variable dependerá del resultado en las urnas. Andalucía no tiene porqué ser una excepción, pero Extremadura tampoco es Andalucía.
-¿Por qué cree que Unidas Podemos dice que usted prefiere pactar con Ciudadanos, y su candidata Irene de Miguel piensa que usted está a la derecha de Pedro Sánchez? Ha decidido no contestar a esas alusiones, ¿por qué?
Es solo eso, una opinión. Por eso, considero que es una respuesta que debe explicar quién plantea esa afirmación. No podemos estar continuamente buscando lo que nos diferencia, pongamos encima de la mesa lo que nos une, que creo que son muchas cosas.
Hoy, lo que tengo claro es que ganar no significa poder gobernar. Y mi intención es ganar e intentar poder gobernar en solitario. El tiempo dirá si lo podemos conseguir o no.
-No le parece que al margen del esfuerzo que puedan hacer la Junta y los extremeños, la falta crónica de convergencia con la media del país, y las desigualdades territoriales y sociales crecientes en España, uno de los países más desiguales de Europa, ¿hacen necesaria una política nacional de reequilibrios en el desarrollo? ¿Lo ve posible ante la natural resistencia, y poder, de las comunidades actualmente beneficiarias en lo económico y demográfico?
Hacen falta políticas que den respuesta a la realidad que es España hoy. Y más allá de lo que preocupa en Madrid, hay una España que tiene sus problemas y que necesita de una respuesta conjunta. Puede que no podamos ofrecer soluciones globales a todo, pero tenemos la obligación de dar una respuesta, aunque sea parcial, a las situaciones que preocupan a la ciudadanía y a los territorios.
Saben que defiendo un modelo territorial en el que todos quepamos, pero en el que también es necesaria una financiación que permita a regiones como la nuestra poder hacer frente a la salud de nuestras familias en las mejores condiciones, a la educación de nuestros hijos con la mejor calidad, a la lucha contra la dependencia o al desafío que supone el reto demográfico. Por eso, defiendo un sistema de financiación que no puede romper la igualdad de derechos y deberes de todos los españoles.
Y por ello creo que nos estaremos equivocando si en un futuro entramos en los debates de financiación y evitamos hablar de cuánto cuesta mantener los servicios públicos en nuestro país.
-De la legislatura que acaba, de qué cosas se siente más orgulloso, y qué otras se han quedado sobre la mesa y quiere llevar a cabo en 2019-2023?
Bueno, creo que para impulsar esta Extremadura en la que nos encontramos hoy, ha sido necesario apuntalar, en lo social y en lo económico, la región que nos encontramos. Estoy satisfecho del esfuerzo hecho para reforzar las políticas sociales con unos servicios públicos sanitarios de calidad, con políticas contra la exclusión social, cumpliendo con la estabilidad presupuestaria y con los pagos a los proveedores, o garantizando una educación sin distinciones.
Llegados a este punto, debemos reconocer que nos queda mucho por hacer. La reducción del paro en estos cuatro años en casi 50.000 personas es una buena noticia, pero no es suficiente. Para eso hay que seguir trabajando con la intención de crear empleo y atraer talento e inversiones. Además, habrá que seguir avanzando en el campo de la educación, la salud, los cuidados a nuestros mayores, la lucha contra el cambio climático, la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la estrategia contra la despoblación o la construcción europea. La sociedad extremeña actual necesita de nuevas propuestas creativas para superar sus propios retos. Y ahí, debemos estar para responder unidos y aprovechar las oportunidades de futuro que tiene esta región. Hemos sentado las bases para hacer una Extremadura más atractiva en todos los sentidos, ahora hay que construir esa realidad con las potencialidades que ofrecen esta tierra y sus gentes.
-Los grandes proyectos y objetivos para los próximos cuatro años, ¿cuáles serían?
Uno de nuestros objetivos será cambiar las previsiones del INE en Extremadura [el instituto nacional de estadística predice que en 2033 la región bajaría del millón de habitantes y habría experimentado el tercer mayor descenso tras Castilla y León, y Asturias, mientras que la población nacional subiría]. Para eso hay que generar las condiciones y dotar de las herramientas para hacerlo posible. Hemos dado pasos en esta legislatura con leyes como la de una Administración más ágil, la de las grandes instalaciones de ocio o la ley de ordenación del territorio y el urbanismo sostenible. Son ejemplos de avances para que Extremadura sea el sitio más fácil para montar una empresa. Y ese es el camino que tenemos que seguir. ¿Para qué? Para ayudar a mejorar las condiciones en el empleo, frenar la salida de jóvenes, o dar respuesta a las necesidades de la población.
En lo referente a infraestructuras, los objetivos prioritarios para la próxima legislatura son lograr el cumplimiento de los compromisos alcanzados con el Ministerio de Fomento y Adif para terminar las obras de la nueva línea de alta velocidad. Además, habrá que avanzar en las nuevas autovías y en cuestiones como la depuración de aguas. La red sanitaria y educativa, es decir los hospitales y colegios, también debe estar presente en esa agenda de trabajo.
-¿Cree que su sucesor/a se va a sentar en la Asamblea de Extremadura en esta legislatura?
Los extremeños van a votar el próximo domingo para elegir a un presidente que tiene el deber de intentar resolver los problemas de los extremeños. Todos los demás debates que queramos plantear ahora considero que no son importantes.