Si está pensando pasar unos días en el Parador de Zafra tiene que darse prisa en hacer la reserva. Cerrará del 3 de noviembre al 12 de diciembre y abrirá del 13 al 31 de ese último mes del año, pero inmediatamente después volverá a echar el cerrojo, del 1 de enero al 12 de febrero de 2015.
Esta larga clausura temporal es consecuencia del expediente de regulación de empleo (ERE) que el Estado, del que dependen estos alojamientos, acordó con los trabajadores de toda la red a finales de 2013. Solamente dejó de funcionar de manera definitiva el parador murciano de Puerto Lumbreras, mientras que con 26 de los 94 establecimientos repartidos por el país se determinó que cerrarían 40 días en temporada baja y que se aprovecharía ese tiempo para que el personal cogiera vacaciones.
En Extremadura la medida afectó al de Guadalupe, que cerró del 7 de enero al 16 de febrero del presente 2014 y que volverá a cerrar del 3 de enero al 12 de febrero de 2015, y al de Zafra, que echó el candado por primera vez del 4 de noviembre al 13 de febrero de 2014. Además se vieron afectados los restaurantes de Zafra y Trujillo, que redujeron su oferta gastronómica a una carta de servicios básicos y la plantilla del total de los paradores extremeños, que se redujo en medio centenar de trabajadores.
En el caso del parador segedano el cierre en la presente temporada será especialmente largo porque se unen los días de cierre pactados para 2014 con los de 2015, de manera que desde noviembre hasta febrero solamente abrirá 19 días. De las 156 plazas de cuatro estrellas que se reparten los tres establecimientos de esta categoría que hay en la localidad, es el que tiene el mayor número de plazas, 102.
Imagen negativa de Paradores
La medida tiene muy preocupados a comerciantes, hosteleros y promotores turísticos, que aseguran que tantos días de cierre van a influir directa y negativamente en la economía de la zona. No descartan movilizarse o crear una plataforma de afectados, en un intento desesperado por hacer recapacitar sobre una decisión que les parece excesiva.
Lo que piden a las autoridades y agentes sociales es que miren por el desarrollo y medien para que los días de cierre se repartan de una manera más equilibrada.
Desde la Asociación Comarcal de Empresarios, Isabel Belloso, gerente turística, considera que la medida les deja aunque sea temporalmente, fuera del mercado, además de que repercute negativamente en la imagen de la red de paradores.
“Recibimos mucho turismo en estos meses, en noviembre y en el puente de diciembre y buena parte de esos visitantes viene buscando el Parador. Temo que algunos se queden con que está cerrado y lo extiendan al resto del año”.
Un golpe para Zafra
La medida es un duro golpe para un municipio cuyo centro histórico, declarado Bien de Interés Cultural, no pasa por sus mejores momentos. “Se encuentra en claro proceso de abandono y el Parador actúa como dinamizador de la vida local”, afirma Belloso.
Ni la Consejería de Turismo del Gobierno de Extremadura, ni el Ayuntamiento de Zafra, a los que eldiario.es ha trasladado esta queja y solicitado opinión, se han pronunciado al respecto. Sí lo han hecho empresarios locales, que han recibido como un jarro de agua fría la decisión de cerrar tanto tiempo.
“El año pasado ya lo notamos un montón y fueron muchos menos días, así que no quiero ni imaginar qué pasará a partir de ahora”, indica Benito Morales, del restaurante Acebuche .
“El Parador tiene un perfil de cliente que es consumidor, que se sienta en nuestros restaurantes y compra en nuestras tiendas, de manera que irremediablemente vamos a ser víctimas de esta decisión –añade-. El 50% de mis clientes entre semana están alojados en el Parador y de hecho desde el mismo nos mandan gente ”.
Lo mismo piensa Guillermo Martínez, del hotel Plaza Grande, que regenta además un restaurante y una tienda gourmet en el entorno del castillo de los Duques de Feria.
“Nos están haciendo polvo”
“Mi baremo lo marca el Parador. Sus clientes tienen un poder adquisitivo medio alto que se refleja en nuestras cuentas. No tienen reparo en pagar una comida o una cena de 100 euros por pareja o en gastarse 300 euros en un jamón. Me van a hacer polvo, sobre todo en enero”.
Francisco Zoido, propietario de la quesería gourmet ‘La Bendita’, se expresa en la misma línea y asegura que hasta el 70% de los clientes que acuden en noches de diario a su establecimiento están alojados en el Parador.
“Es un cliente bueno. No se toma una caña y se va a dormir, no, sino que consume. No sé qué pretenderán con este cierre tan largo, si privatizar o qué, pero la verdad es que poco a poco nos están haciendo polvo”.