La propuesta de una política agraria comunitaria (PAC) con menos presupuesto los próximos años que golpee aún más las rentas de agricultores como los extremeños, no va a progresar, ha afirmado rotundo el presidente de la Junta, Fernández Vara, ya que para salir adelante necesita la unanimidad de los Estados miembros de la Unión Europea.
“Y el Gobierno de España eso nunca lo va a aceptar”, ha añadido Vara en el pleno del Parlamento regional celebrado este jueves.
La PAC se ha convertido en un complemento indispensable de las rentas de agricultores y ganaderos, de forma que junto a la necesidad de que perciban unos precios justos por sus productos, es el otro elemento que va a definir la supervivencia, y de qué tipo de agricultura, en los próximos años.
Con los ecos de la manifestación y cargas policiales de Don Benito aún sonando, las huellas de los agricultores todavía en el asfalto de las 11 carreteras que cortaron el martes pasado, y con los tambores de la protesta que para este viernes anuncian en Mérida otros colectivos agrarios, PP y Unidas por Extremadura han intentado acorralar al presidente de la Junta en el turno de preguntas en el pleno de la Asamblea de Extremadura.
Un pleno en el que antes de nada se ha aprobado una declaración unánime de las cuatro fuerzas políticas –PSOE, PP, UPE y Cs- a favor de los profesionales del campo, tras leerse una casi “tesis” sobre el conflicto del Sáhara que en forma también de declaración institucional aprobada por todos ha sido leída durante el espacio de 13 minutos, una duración totalmente inusual.
Derecha, dogmas, matices y gobernar
Irene de Miguel, portavoz y presidenta del grupo Unidas por Extremadura (Podemos-IU-Extremeños-Equo), sigue sin perdonarle a Vara que con motivo de los malos datos del paro asociara los mismos a la posibilidad de que tuvieran relación con la subida del salario mínimo interprofesional, en cuanto a la actividad agraria se refiere.
Con formas educadas, pero muy afiladas, De Miguel continúa acusando al presidente de la Junta de “haberle comprado el discurso a la derecha” y de alinearse con los fuertes en vez de con los débiles, los jornaleros.
Vara no es un fajador, sus modos políticos no son esos, tampoco los personales, prefiere los “matices” a los “dogmas” de la diputada izquierdista, y niega la mayor: “Estoy totalmente a favor de la subida del salario mínimo, lo único que hice fue una reflexión personal a consecuencia de unas malas cifras de la EPA”.
“No vea ni lea en mí”, ha añadido, “lo que no dije, yo no dije que el salario mínimo impactara en el campo, y lo demás son interpretaciones suyas”.
De Miguel sigue buscando una “retractación” del presidente socialista, que no llega, y reclamándole que no haga el juego a la derecha y “empuje”.
Pero Vara, en otras palabras, cree que la diputada de UPE sigue sin asumir que, aunque sea en Madrid y de forma indirecta, ella no deja de pertenecer a un partido que está en el Gobierno, en coalición con el PSOE. “Entérese de lo que es gobernar, y cuando se es gobierno, se gobierna”.
Josep María, ¿socialista o nacionalista?
Y mientras en Madrid políticos y periodistas andan más ocupados con los asuntos de Venezuela y Cataluña, en Extremadura el estallido del campo es terreno abonado para sus líderes, como el presidente regional del PP, José Antonio Monago, que ha recriminado a Vara los “palos” de la Policía “palos” de la Policía en Agroexpo-Don Benito, y hasta el comportamiento del secretario general de UGT, Pepe Álvarez.
Otra vez en la línea delgada de lo que se dice, lo que se resume, y lo que se interpreta, Monago le ha preguntado a Vara si está de acuerdo con las declaraciones de Álvarez a raíz de la EPA y el SMI, que relacionó el conflicto con lo montaraz de una “derecha terrateniente y carca”.
“¿Está usted de acuerdo con ellas?”, le inquiría Monago. “No, no las comparto”, ha respondido Vara. “Pues ya somos dos, ya somos dos” (risas en el hemiciclo), se alegraba un Monago para quien Álvarez, sucesor del extremeño Cándido Méndez al frente de la UGT, es un “delegado sindical socialista”. En Cataluña no obstante no faltan quienes no ven en él un exceso sino más bien un déficit de posiciones socialistas y le sitúan en los últimos años más alineado con el nacionalismo, incluso dicen que ha catalanizado su nombre (es asturiano) por el de Josep Maria Álvarez.
Al menos la Junta, aplaude Monago, “progresa adecuadamente” porque el pasado martes 18, a diferencia del 29 de enero en Don Benito, no hubo palos policiales para los agricultores que cortaron carreteras.
El ex presidente popular de la Junta no quiere comisiones de precios en el Parlamento, sino soluciones por parte de socialistas como Vara “y sus socios comunistas”. “Sí, como los recortes en seguros agrarios o en el tratamiento de la pudenta del arroz cuando usted gobernó”, le ha replicado el actual presidente. “El campo tiene memoria”.