La Junta de Extremadura sostiene que Bruselas sigue siendo reticente al proyecto de nuevos regadíos Tierra de Barros por la escasez de agua en la zona, pero que el Gobierno regional continúa impulsándolo tras hablar este miércoles con la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
El pantano de Alange tiene muy poca agua (está a solo el 12,78%), y el acuífero subterráneo de la zona, caso de usarse, quedaría aún más comprometido de lo que está.
Habla de “reticencias expresadas de forma inequívoca” por la Dirección General de Medio Ambiente y la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea“.
En la reunión telemática mantenida, a la que han asistido el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, y representantes de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CGH), el consejero ha manifestado su interés estratégico por este proyecto, que considera “clave” para el desarrollo de Extremadura.
Sin embargo la Unión Europea ha reiterado que el regadío de Tierra de Barros tiene impacto en las masas de agua y que aún siguen sin aclararse las dudas sobre el proyecto.
A pesar de las explicaciones ofrecidas por la Confederación Guadiana, desde Bruselas se exige que dicho impacto debe quedar recogido en el Plan Hidrológico, informa la Junta, que está a la espera de respuesta a la petición que en ese sentido ha hecho a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
La Junta añade que dadas las reticencias sobre la autorización del proyecto, la Unión Europea les ha instado “a llevar a otras medidas los fondos del Programa de Desarrollo Rural (PDR) que estaban destinados al regadío porque, en caso contrario, hay un riesgo muy elevado de pérdida de esos fondos”.
El gobierno extremeño soicitará una reunión técnica en Bruselas para seguir avanzando en que se determine la viabilidad de este regadío.