El pleno del Senado ha aprobado ampliar el uso de las lenguas cooficiales en la actividad de la Cámara Alta. En la actualidad, el uso de las lenguas cooficiales y propias de Galicia, Euskadi, Navarra Catalunya, País Valenciano y Baleares pueden ser usadas en el debate de mociones y mociones consecuencia de interpelación, o en el uso de preguntas escritas siempre que vengan acompañadas de su traducción en castellano. La función legislativa o de control del Gobierno, hasta el momento, se debía hacer exclusivamente en castellano.
Con la modificación aprobada, los senadores podrán intervenir en los plenos, en las comisiones y en toda la actividad parlamentaria en cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma de acuerdo con Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía, y se ampara el normal uso oral y escrito de cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma en las siguientes actividades de la Cámara: en todas las intervenciones de las actividades parlamentarias de la Cámara Alta, ya sea en los plenos, las comisiones y otras actividades parlamentarias; en las publicaciones de iniciativas cuando sean presentadas en cualquiera de la lenguas oficiales en alguna Comunidad Autónoma,; en la presentación de escritos en el Registro de la Cámara por parte de los senadores y senadoras; y en en los escritos que los ciudadanos y las instituciones presenten al Senado.
Pero el Senador de Compromís, Carles Mulet, ha pedido ampliar este uso a las lenguas todavía no cooficiales pero si reconocidas oficialmente, como el asturiano/leonés, el aragonés, o las lenguas extremeñas.
Mulet ironizó sobre el “discurso alarmista de las derechas” sobre el retroceso del castellano en las comunidades bilingües“ y recordó que la Constitución dice en su artículo 3 que todas las lenguas españolas ”son patrimonio cultural y todas serán objeto de especial respeto y protección. Por tanto, no hablamos solamente de cooficialidad, hablamos de todas las lenguas españolas, que han de ser especial objeto de respeto y protección“.
El senador valencianista ahondó en esta idea: “Aquí representamos todos los territorios, y muchos de ellos tienen lenguas propias, reitero, no únicamente las cooficiales, y tan español es el castellano, mal que les pese, como puede ser el gallego, el euskera, el valenciano, el asturleonés, el aragonés o el extremeño, los hablen millones de personas o lo hablen decenas de personas. Por tanto, cuando se refieren a español, hablen con propiedad.”