Del negro al blanco siete meses después. De negarse a pactar con quienes “niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes o tiran a la papelera la bandera LGTBI” a pactar con Vox para acceder a la presidencia de la Junta de Extremadura, negar después cualquier relación con la extrema derecha a pesar de incluirlos en su Gobierno y, ahora, asegurar que su relación con la formación de Santiago Abascal es “fantástica”.
Ese es el término que la presidenta extremeña, María Guardiola, ha utilizado este jueves en un desayuno-coloquio organizado por el Club Siglo XXI en Madrid y para demostrarlo ha hecho mención a la presencia en el evento del consejero de Vox, Ignacio Higuero. Aunque Guardiola ha estado arropada también por el resto de sus consejeros y dirigentes del PP.
La presidenta autonómica ha reconocido que el comienzo de su mandato fue “un tanto abrupto”, que su rechazo inicial a la extrema derecha fue fruto de una respuesta “visceral”, “que salía del enfado”, pero ha destacado que actualmente gobiernan con un acuerdo de 60 puntos “absolutamente transparente” que “no ha puesto en riesgo” traspasar ninguna de sus “líneas rojas”.
Su relación con Vox no es la misma que con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puesto que esta es “inexistente” porque, a su juicio, le da “vergüenza” admitir que toda su atención es para los independentistas. “Yo estoy deseando que me llame para hablar, pero intuyo que la da vergüenza mirarnos a los ojos y decirnos que todo va para los chantajes que exigen los independentistas”, ha dicho.
Más de 10.000 millones en inversiones del Estado en Extremadura
Sin embargo, con quien Guardiola sí ha reconocido que va a reunirse es con el ministro de Transportes, Óscar Puente, quizás en la primera semana de febrero. El fin de semana pasado, la presidenta extremeña aseguró en un acto del PP en A Coruña que esta región ya tendría AVE si el ministro dedicara “el mismo tiempo” a los trenes que “a Twitter”.
En el transcurso del coloquio, María Guardiola ha exigido al Gobierno “los recursos necesarios para que Extremadura pueda converger con el resto de territorios de España”, una cifra que asciende a 10.533 millones de euros. Por ello ha pedido que se “mire a Extremadura sin condescendencia y sin bostezos” y que el Ejecutivo central cumpla la Constitución en lo que se refiere a asegurar un crecimiento cohesionado de todos los territorios. “Quiero que el Gobierno de España valore y entienda nuestras peticiones, porque Extremadura no es menos que nadie, solamente queremos lo que hemos merecido durante estos años de buceo a pulmón y promesas diluidas en el tiempo”, ha declarado.
Esas peticiones están recogidas en la estrategia ALMA, la Agenda de Liderazgo, Modernización y Avance de Extremadura, que ha desgranado en sus distintos aspectos tras advertir que el estado del bienestar “no está llegando a todos por igual y sostenerlo tampoco tiene el mismo coste para todos”.
Entre otros ámbito, ha hablado de infraestructras y comunicaciones, en el que Extremadura ha atravesado “una auténtica travesía de agravios” con “promesas de todos los gobiernos”, y del tristemente famoso“ tren de Extremadura, que supone ”la peor conexión ferroviaria de toda España“.