Entrevista

José María Vergeles: “El PSOE no necesita un cambio de 180 grados, no es una enmienda a la totalidad”

Santiago Manchado

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José María Vergeles (Fuente del Maestre, Badajoz, 1969) ha estado ligado siempre al área sanitaria, no solo como médico -es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura- sino también en su etapa política. En los Gobiernos de Guillermo Fernández Vara, a quien aspira a suceder, fue consejero de Sanidad, por lo que en la última legislatura tuvo que gestionar el desafío de la pandemia de la COVID-19.

Esa visibilidad hizo que muchos en el partido le señalaran como posible aspirante a liderar el PSOE tras la era de Fernández Vara, pero otros apuntaban al desgaste que sufrió su imagen. De cualquier forma, Vergeles siempre ha estado en las quinielas pero ha hecho gala de discreción y respeto a los tiempos del partido. Ahora se presenta como el tercer candidato a la Secretaría General con un tono tranquilo y conciliador, como el cambio que propone para que los socialista extremeños, ahora en la oposición, recuperen la confianza de la gente.

¿Lleva tiempo esperando esta oportunidad?

No, pero es verdad que siento esa responsabilidad para dar un cambio al rumbo del partido y por otro modelo político, pero eso no significa cambiar radicalmente el partido, y serán los militantes los que tendrán que decidir la dirección que se toma. Las circunstancias que se tenían que dar para que me presentara a la Secretaría General se dan ahora y hay un grupo de militantes con distintas experiencias en el ámbito institucional y orgánico, y también de militancia pura y dura de ambas provincias, que apoyan esta propuesta. Las circunstancias se daban ahora: el apoyo de los militantes y la responsabilidad de anunciarlo una vez que el PSOE de Extremadura convocó el proceso.

¿Cuál es el proyecto que tiene usted ofrece al PSOE?

Tiene tres elementos que son esenciales en estos momentos. El primero de ellos es buscarnos mucho en la militancia porque es muy importante, no es una frase hecha ni una frase vacía. Me propongo que contemos con los militantes más allá de las primarias para que haya una verdadera participación permanente de esas personas que son el partido porque ahí es donde radica la riqueza y la esencia del PSOE. El segundo elemento es la modernización y la igualdad. Creo que el Partido Socialista Obrero Español ha dado muestras sobradas de hacia dónde quiere ir en los términos de igualdad, pero hay que reforzarlo y eso significa cultivar mucho los liderazgos femeninos, apostar por una horquillas en la participación de las mujeres en los órganos de decisión del partido que sobrepase ese compromiso inicial que tuvo el PSOE por encima de la Ley de Paridad y llevarlo hasta el 60% con el cambio estatutario que haga falta. El tercer elemento es hacer una conferencia política programática para hacer una oposición coordinada, y constructiva. Pero al mismo tiempo ser capaces de ofrecer a la ciudadanía que hay otra opción posible a una política de derecha y de populismo de extrema derecha que no están sentando bien a Extremadura y a la sociedad extremeña. Ese programa nos debe permitir volver a sintonizar con las clases medias y trabajadoras que, en definitiva, son lo que cambian una comunidad y un país. Pero presentarse a la Secretaría General para hacer un PSOE más fuerte solo es el instrumento para luchar contra la política que están llevando a cabo la derecha y la extrema derecha, y que está haciendo daño a Extremadura y poniendo en riesgo nuestro bienestar.

¿Entiendo entonces que este PSOE, del que quiere tomar las riendas, no tiene esa preocupación por sus militantes que usted desea activar?

Sí, sí la tiene, pero nunca será suficiente el esfuerzo para poder incrementar su participación, si no, no seríamos el PSOE y no cumpliríamos 145 años de historia. No se trata de hacer un cambio o que no existan esas políticas ya, de lo que estoy hablando en cualquier caso es de reforzarla. En ningún caso es un cambio radical porque creo que en este momento el PSOE no necesita un giro de 180 grados porque hemos tenido dos grandes líderes que han llevado al partido por muy buena senda. Tenemos que respetar y valorar todo lo que se ha hecho hasta aquí y el legado de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara. No es una enmienda a la totalidad, se trata de reforzar políticas que creemos que serían buenos para tener un partido más fuerte, más unido y que sintonice todavía mejor con la sociedad y con las clases media y trabajadora.

¿A qué personas va a incluir en su candidatura?

El martes se registró la precandidatura y no estuve en ese acto para dar protagonismo a aquellos que han colaborado de forma estrecha en ella, dejar que se conocieran los nombres de algunos compañeros y compañeras de este proyecto colectivo, pero a lo largo de la campaña se conocerán todos los nombres porque vamos a hacer muchos kilómetros para acercarnos a las Casas del Pueblo, que son fundamentales y son donde deben producirse los debates.

Se presentan tres candidaturas, ¿tantas sensibilidades caben dentro del PSOE extremeño?

Tantas como militantes.

¿No considera un riesgo para el partido que se exterioricen esas diferencias?

Al contrario, si se entienden bien las primarias se enriquece el PSOE. La militancia en Extremadura sabe qué son las primarias y que nunca hay adversarios, hay compañeros que defienden otros modelos, que se pueden elegir libremente sin coacciones, sin ofrecer otras contraprestaciones más allá de lo que es ponerse a disposición del partido con todo tu esfuerzo personal y todo tu conocimiento y trabajo para tener un PSOE mejor. Yo lo veo como una riqueza, no lo veo como un problema, pero hay que verlo bajo ese prisma para que, pase lo que pase al final, se logre la unidad del partido. Ahí es donde me van a encontrar, en el consenso y no en el disenso.

Ya que habla de la unidad, ¿está dispuesto a llegar hasta el final con su candidatura y podría pasar como en la Comunidad Valenciana, donde habías hasta tres personas dispuestas a liderar el partido y al final ha habido una única candidata de consenso?

Aquí el proceso no es comparable, aquí ya estamos en otra fase de las primarias y es la militancia la que tiene que decidir. Cuando uno da este paso, que es un paso de responsabilidad, no lo da para para después quitarse.