Esta vez no ha sido la abstención de Izquierda Unida, sino la de los regionalistas de Prex-Crex la que ha permitido que una ley importante del PP de José Antonio Monago quede aprobada. La reforma tributaria, que supondrá un ahorro de impuestos a los extremeños de entre 73 y 50 millones según quien haga el cálculo, ha salido adelante este jueves en un pleno de la Asamblea de Extremadura con los votos a favor del PP (32) en contra de PSOE e IU (31), y la abstención de los dos diputados regionalistas.
El apoyo tácito de estos dos últimos se ha producido después de que el PP haya dado el visto bueno a una enmienda regionalista para rebajar el impuesto de Sucesiones y Donaciones sobre lo inicialmente incluido en el proyecto de Ley de Medidas Tributarias, y de que el presidente de la Junta, José Antonio Monago, haya prometido al portavoz de Prex-Crex, que si la recaudación de impuestos mejora el canon domiciliario por consumo de agua quedará suprimido dentro de este año.
La defensa popular del PP del texto era clara: supondrá según ellos una rebaja de impuestos de 73,5 millones de euros que beneficiaría sobre todo a las rentas medias y bajas, por lo que es una buena medida para apoyar la economía “ahora que está empezando a mejorar”.
Para el PSOE la rebaja no irá más allá de 50 millones; sus efectos no se notarán hasta mayo de 2016 cuando haya que hacer la declaración de la renta de 2015, y es un engaño político bajar tributos en elecciones cuando en años anteriores se han subido por parte del PP.
IU estaba dispuesto a 'dejar pasar' la ley siempre que se suprimieran ya el canon del agua y el el impuesto autonómico a los carburantes (céntimo sanitario).
Damián Beneyto, portavoz de los regionalistas, tras ver cómo el PP le aceptaba una enmienda para reducir el impuesto de Sucesiones y Donaciones, ha explicado que su apoyo a la ley, en forma de la necesaria abstención, ha sido porque “es mejor esta rebaja de impuestos que propone la Junta, que nada”. Beneyto asegura que es una decisión de toda la dirección de Prex-Crex.