El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha asegurado que las circunstancias políticas actuales, de desaparición de mayorías absolutas, son las “más propicias” para afrontar la reforma de la Constitución sin “líneas rojas ni apriorismos”, “sin prisa pero sin pausa”.
Vara ha hecho esta consideración a su llegada al Congreso, en donde tiene lugar el acto de conmemoración de los 38 años de vigencia de la Constitución. Un año más se ha abierto el debate sobre la idoneidad de su reforma y sobre los límites dentro de los que abordar dicha reforma.
La composición del Parlamento, sin mayorías absolutas, con el bipartidismo de PSOE y PP en convivencia con nuevas fuerzas políticas como Podemos o Ciudadanos, ha generado una controversia más, relacionada con la anterior: sobre si es el momento más adecuado para cambiarla con un grado de consenso similar al de 1978.
Vara ha opinado al respecto: “Quizá estas circunstancias actuales, quizá esta desaparición de las mayorías absolutas, son las más propicias para aventurarse en la reforma constitucional, porque así no se impone nada a nadie”.
A su entender “no hay que tener miedo a afrontar las cosas”, sino hay que hacerlo “con valentía y honestidad intelectual” sin que los partidos jueguen “a ver qué se llevan”.
La clave es que haya “otros cuarenta años de prosperidad y convivencia” sobre la premisa de que “no sobra nadie”. El presidente extremeño ha defendido precisamente estas décadas de desarrollo enmarcado en la Constitución, pero ha reconocido también que hay ahora “problemas estructurales” que “a todas luces” hay que solucionar.
Preguntado si está de acuerdo con la consideración del PSC acerca de que España es “nación de naciones”, el presidente extremeño ha indicado que esa discusión de “terminología” hay que dejarla “para el final”, porque primero habría que precisar “qué se entiende por eso”.
Dejando al margen “apriorismos y líneas rojas”, Vara ha pedido a los partidos que “se muevan de sus posiciones de salida para encontrarse con los demás en un punto equidistante que permita que España sea un Estado donde se vive y se convive en paz”. Eso el PSOE “siempre lo ha tenido claro”, ha afirmado para explicar después: “Que cada uno se sienta español como quiera pero sin que suponga más derechos y deberes que los demás”.