El PP se ha desplomado en su feudo tradicional de los últimos años: las grandes ciudades. Las siete ciudades extremeñas con más de 25.000 habitantes suponen casi la mitad del voto en la región, y en las dos últimas décadas han constituido un bastión notable para el partido de la derecha que desde Badajoz, con Celdrán a la cabeza, comenzó a tejer la estructura de poder que conduciría a Monago a la plaza del Rastro de Mérida.
Pero esa tendencia que se ha mantenida en las últimas citas electorales de predominio del voto urbano para el PP y de voto rural para el PSOE ha comenzado a resquebrajarse el 24 de mayo. El PP ha sufrido un varapalo tremendo en sus feudos más apreciados: en la ciudad de Badajoz ha perdido 13.400 votos y en Cáceres, 12.000. Solo en esas dos ciudades se concentra uno de cada tres votos que el PP ha perdido en estas elecciones, y a pesar de todo el PP conserva aún una mayoría en las dos capitales provinciales.
Ese descenso del voto urbano ha llegado a todas las siete grandes, excepto Almendralejo. En Mérida, Acedo ha caído con todo el equipo dejando por el camino 5.000 votos y muchos escándalos, algunos de ellos judiciales.
Trío de alcaldes
En Don Benito, al PP tendrá que sudar tinta para encontrar un relevo digno a Mariano Gallego porque su sucesora ha perdido 3.800 votos. En Villanueva de la Serena, suma y sigue la debacle azul. Incluso en Plasencia, en donde Pizarro ha llevado una de las pocas alegrías a la sede del PP, se acusa esa tendencia a la baja y el partido de la gaviota pierde 3.200 votos.
La única excepción, en esa tendencia es García Lobato en Almendralejo, que revalida su mayoría absoluta y registra el único incremento del voto del PP en grandes ciudades con una subida de 1.300 votos.
La tendencia opuesta se refleja en la balanza del PSOE que logra registros positivos en todas las grandes ciudades. El trío de alcaldes Gallardo, Quintana y Osuna han dado aire urbano a la formación socialista con victorias incuestionables y debutantes como Salaya en Cáceres y Cabezas en Badajoz muestran, pese a la derrota, un aumento de más de un millar de votos.
En esa tendencia de cambio del voto urbano se sustenta buena parte del resultado del 25 de mayo. En conjunto, en las elecciones locales el PP pierde 71.756 votos, pero 40.000 corresponden a las grandes ciudades.
El descenso en votos del PSOE ha sido bastante inferior, 25.000, y queda barnizado por ese crecimiento en los núcleos urbanos.
El bipartidismo no se inmuta
En el voto municipal, los partidos emergentes apenas han hecho cosquillas al viejo bipartidismo. Ciudadanos ha pinchado de forma llamativa y Podamos ha obtenido un resultado bastante discreto en pueblos y ciudades, fundamentalmente por la confusión y variedad de marcas y siglas empleadas.
Curiosamente, y pese a tener resultados más que discretos, Ciudadanos tiene dos bazas importantes en sus manos: logra 4 concejales en Cáceres, donde el PP carece de mayoría absoluta, y dos en Badajoz, en donde Fragoso también buscará aliados para su nuevo gobierno. Poco botín, pero de mucho peso.
La tercera fuerza local sigue siendo Izquierda Unida, aunque la guerra interna de la era Escobar y su apoyo al PP le ha pasado una elevada factura y solo Álvaro Vázquez, en Mérida, mantiene las siglas y concejalías de IU entre las grandes ciudades.
En el voto de las autonómicas no se reflejan grandes variaciones con respecto a las locales. El PP cae también en torno a un 25% y ello le hace perder cuatro diputados. El PSOE también desciende en número de votos, pero su descenso en mucho más suavizado y además no se ve castigado en escaños ya que se mantiene en los 30 que logró en 2011.
La irrupción de Podemos (50.000 votos) que entra directamente con 6 escaños es una de las grandes novedades de esta campaña y de la reciente historia electoral regional. Con esa cifra, Álvaro Jaén alcanza la misma cifra de diputados que en los años ochenta sumó el histórico dirigente del PCE Manolo Parejo.
En el ámbito autonómico, María Victoria Domínguez solo ha obtenido su escaño por Cáceres, un magro balance para Ciudadanos que tendrá que replantear su estrategia especialmente en Badajoz y pensando en la próxima cita electoral, que está ya a la vuelta de la esquina.
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