El acusado de asesinar a su casero en Montijo admite su autoría

El acusado de asesinar a su casero en Montijo (Badajoz) en 2014 se declaró ayer culpable de los delitos que se le imputan durante el juicio oral que se ha iniciado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en Mérida, y aseguró que se “cegó”.

El acusado, que mantuvo así la declaración policial que ya realizó tras los hechos, ocurridos el 23 de julio de 2014, se enfrenta a una pena de cárcel que oscila entre los 24 y los 30 años por los delitos de asesinato, robo con violencia e intimidación y hurto del vehículo de la víctima.

El juicio, que se celebra con jurado popular, comenzó ayer con la declaración del acusado y se prevé que dure cuatro días.

Durante la declaración, el imputado reiteró que él no quiso quitarle la vida a su casero, “solo dejarle inconsciente para perpetrar el robo de las joyas”, y transmitió que se “cegó” al abrir la puerta de la casa y encontrarse al casero y no a la mujer del propietario.

Robarle las joyas, principal objetivo

El 23 de julio del pasado año, el inquilino llamó por teléfono a la mujer de su casero para que ésta se presentara en la vivienda arrendada con la excusa de pagarla y con el objeto de robarle las joyas, según los hechos reconocidos por el acusado, pero la mujer llegó con su nieta y rehusó realizar el robo. Tras esto, volvió a llamar a su casera, pero en este caso se presentó el fallecido, de 73 años.

Al dar la espalda al acusado, éste se abalanzó sobre él con un cable de televisión, que se rompió, por lo que empezó a golpear “cuatro o cinco veces” al suelo con la cabeza del casero para dejarle “inconsciente”.

Según el acusado, fue a la cocina a por un cuchillo para amenazarle, pues el hombre “se defendía”, aunque ha negado usarlo como arma. Así, volvió a golpearle “dos o tres veces” y quedó inconsciente.

Posteriormente, se personó en la casa de la viuda para robarle las joyas, que más tarde vendería en Badajoz en una casa de compra de oro por 325 euros, y a continuación realizó un giro con el dinero a su novia y los hijos de ésta, que se encontraban en Valencia.

Según el acusado, la mujer del fallecido le entregó las joyas “voluntariamente”, pues en otros momentos ya le habían ayudado económicamente, y no hubo ningún tipo de agresión e incluso le dio “dos besos”.

El acusado aseguró que antes de la agresión desconocía que su víctima padeciera de corazón.

Comunicó a la mujer que la llamaría en una hora y media para decirle la ubicación de su marido y se llevó el todoterreno de la víctima para desplazarse a Badajoz, aunque antes se dirigió a la vivienda “para ver si respiraba” el fallecido.

Un “ataque de locura”

El acusado, que calificó los hechos como un “ataque de locura”, afirmó que se encontraba en un mal momento y, “en vez de dar puñetazos a la pared”, quitó la vida a una persona, aunque aseguró no haberse percatado de ello hasta no estar en la oficina de Correos y darse cuenta que tenía la navaja del fallecido en el bolsillo, al echar mano al DNI.

En este sentido, aseveró haberse “obcecado” con el “fin de mandar el dinero” a su pareja y, al finalizar su intervención, ha manifestado su arrepentimiento y pidió “perdón” a la familia, además de recordar su colaboración con la Policía.

La Fiscalía pide una pena de 19 años en prisión por asesinato, cinco años por el robo de las joyas y la intimidación a la mujer del fallecido y una indemnización a ésta de 90.000 euros, así como 9.600 euros por cada uno de los cinco hijos como responsabilidad civil.

Por su parte, la acusación particular solicita para el acusado 25 años de cárcel por asesinato, más otros cuatro años y seis meses por el robo con intimidación, así como la indemnización a la viuda con 112.500 euros por daño moral.

La defensa pide la exculpación del acusado por enajenación mental transitoria.