Las latas en el frente de batalla de la Guerra Civil y el matadero de Mérida

El estudio de los objetos de trincheras y zonas de combate del Frente de Extremadura, en La Serena, aporta información fundamental para reconstruir la memoria de la historia reciente de Extremadura.

Entre los objetos hay latas oxidadas, muchas con la inscripción ‘Matadero de Mérida’. En esta zona realiza prospecciones arqueológicas la Asociación para el Estudio y Recuperación del Patrimonio bélico reciente “Frente Extremeño”.

Las latas del matadero han aparecido a resguardo de las líneas de trinchera, entre Campillo de Llerena y Peraleda del Zaucejo. Proceden de la zona republicana (Peraleda), posiblemente en uno de los avances de los franquistas, explica el historiador Antonio López.

Son fundamentales para conocer la alimentación de las tropas sublevadas. El matadero de Mérida se convirtió en una fábrica al servicio de los franquistas tras la orden de Queipo de Llano. La gerencia estaba en manos del empresario José Fernández López.

La alimentación de trinchera

Las latas ocuparon un lugar muy importante en el combate. Aportaban a las tropas aporte calórico, aunque la recomendación era que cada cierto tiempo tomaran comida caliente, por su salud y por la higiene de las tropas. Ante maniobras en las trincheras comían latas frías directamente, relata Antonio López, de la Asociación 'Frente extremeño'.

Los restos oxidados se convierten en una fuente de información de primera mano para conocer la envergadura del matadero y su importancia durante la contienda española. Hasta ahora se pensaba que la fábrica de Mérida solo abastecía de latas de carne, atún y cocido extremeño al ejército del Sur del bando golpista (Extremadura y Andalucía), bajo las órdenes de Queipo de Llano.

Sin embargo han aparecido latas de Mérida en otros puntos de España, por ejemplo en Castellón. El investigador hace alusión a un reciente estudio del historiador emeritense Juan Carlos López Díaz, que señala incluso que el matadero pudo suministrar a las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi, la Wehrmacht.

El matadero y las tropas franquistas

Los restos se encuentran en fase de estudio, con el análisis de los materiales entrados en las prospecciones. De modo que la catalogación de las hojalatas está en pleno proceso. De lo que no hay duda es que estaban vinculadas a las tropas franquistas, según explica.

José Fernández López disponía de otro matadero en Galicia, en Porriño. Tanto el de Mérida como el gallego eran mataderos frigoríficos, con capacidad de abastecer a la tropa.

Según los datos del historiador Juan Carlos López Díaz, a los que hace alusión la asociación 'Frente extremeño', el Matadero Provincial de Mérida ya funcionaba durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), pero comenzará a crecer con el arrendamiento de las instalaciones del empresario gallego José Fernández López en el 35.

Con el golpe de estado fascista y la toma de poder en Mérida, el general Gonzalo Queipo de Llano ordenó al empresario lucense Fernández López poner la industria al servicio de su ejército. La orden era fabricar grandes cantidades de rancho de cocido extremeño y carne de cerdo de medio kilo. Contaba con la colaboración de ganaderos de la provincia, encargados de suministrar la carne.

El negocio del abastecimiento a los franquistas, y su capacidad empresarial, le llevan a diversificarse y adentrarse en otros mercados, con empresas como Corchera Extremeña, Zeltia S.A, Pescanova y Kiwi S.A.

El trabajo pendiente

Queda pendiente el estudio de los datos de los registros de la empresa para determinar la envergadura total del matadero y del resto de negocios diversificados de Fernández López. Es necesario seguir ahondando en los archivos por su gran interés histórico, según destaca la Asociación para el Estudio y Recuperación del Patrimonio bélico “Frente Extremeño”.

Hasta el momento, por ejemplo, solo han detectado en las prospecciones una tipología de latas en el terreno, aunque había varios modelos, en función de si era de carne, atún o cocido por ejemplo.