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Las batidas de olivareros, incapaces de frenar la oleada masiva de robos

Semanas atrás jornaleros de La Garrovilla y Esparragalejo montaron batidas para frenar la oleada de robos. Sus esfuerzos no están dando los resultados esperados y los robos se repiten a diario.

Se encuentran en una de las zonas donde aún sigue la campaña y los robos están teniendo especial virulencia desde finales de diciembre. Se sienten indefensos y muchos se han visto obligados a contratar vigilantes de seguridad, aunque el saqueo se produce igualmente. Los ladrones acuden cada día, a cualquier hora.

La campaña de la aceituna de este año ha resultado ser más abundante, con precios más elevados, y los frutos son más cotizados también para las bandas organizadas que acuden a los campos.

¿Qué se puede hacer?

Reclaman más medidas para frenar los robos y denuncian un elemento esencial: la presencia de puestos de venta que compran esta mercancía, sin los pertinentes controles de trazabilidad. Han localizado varios puestos en la zona de Tierra de Barros, a lo que se suman olivicultores que recogen los frutos de estos robos y los venden como si fueran de su propiedad.

En el último robo han sido intervenidos 400 kilos de aceitunas, que eran transportados en un vehículo sin permiso de circulación, sin ITV actualizada y sin seguro. “Solo se le han podido intervenir las aceitunas, y así no acabaremos nunca con el problema”. Solicitan a las autoridades juicios rápidos y que se intervenga todo el material, incluidos estos vehículos indocumentados.

Agustín Gragera, uno de los propietarios afectados, señala que los agentes de la Guardia Civil no dan abasto ante estos robos. Pese a sus esfuerzos, la Benemérita tiene que controlar un gran volumen de robos, en grandes extensiones de territorio.

En su caso ha logrado recuperar media tonelada de aceitunas de uno de los robos cometidos en su parcela, en el que los ladrones fueron capturados ‘in situ’. Pero ha sufrido más atracos, de noche, en los que le han ‘desvalijado’ un buen número de olivos. Lamenta que con frecuencia estas personas son detenidas, les toman los datos y se van. Muchos vuelven a los campos para delinquir en el mismo día.