2.000 kilos de ayuda para los refugiados de Calais amanecen carbonizados y rodeados de símbolos nazis en Mérida

El local que los Campamentos Dignidad tienen en la Urbanización Los Álamos de Mérida amaneció este martes bajo un manto de brasas en combustión y un intenso humo, ha quedado todo reducido a cenizas. Dentro había más de 2.000 kilos de ropa, botas, mantas y productos de primera necesidad con destino a los campos de refugiados de la Jungla de Calais y del Dunkerque, al norte de Francia.

Eran donaciones venidas desde todos los puntos de Extremadura, a las que se habían sumado cientos de ciudadanos de manera solidaria. Junto a la puerta de acceso al local ha aparecido una pintada de grandes dimensiones con un símbolo nazi acompañado del mensaje ‘Fuck ISIS’. Además es la tercera vez en menos de dos semanas que asaltan el mismo almacén. Justo cuando ha comenzado la campaña solidaria con Calais.

Los Campamentos han denunciado los hechos y la policía científica ha tomado muestras del local, que quedó completamente calcinado y obligó a los bomberos a actuar a las cuatro de la mañana.

“Un incendio ideológico”

Tras mandar un primer contingente a Calais la semana pasada,este colectivo preparaba un nuevo envío, aunque todo el material ha quedado inservible. Se trata de un almacén sin luz y sin corriente eléctrica. Tampoco hay generadores, bombonas de gas o velas que pudieran haber prendido el material. “Hay que averiguar qué ha pasado, no se puede dejar actuar a grupos incontrolados, porque pensamos que puede ser un incendio político, un incendio ideológico”, apunta Manuel Cañada, miembro de los Campamentos.

Tres ataques seguidos en el ropero solidario para Calais

La semana pasada varios voluntarios subieron en una furgoneta una tonelada de donaciones hasta los campos del norte de Francia, y en el almacén se acumulaba un gran 'armario solidario' listo para un nuevo envío. El primer ataque se produjo dos días antes de que partiera la caravana con destino a los campos de refugiados. Entonces accedieron al local mediante un butrón de grandes dimensiones, deshaciendo todo el trabajo de clasificación y empaquetado del material que iba a viajar horas más tarde.

Solo se llevaron varias cajas de calzado, pero generaron un gran caos, con toda la ropa lista para partir arrojada a una montaña gigantesca conformada “a mala conciencia”. Al día siguiente volvieron a asaltar el local, aunque para entonces la ayuda que viajaba a los campamentos de refugiados –una tonelada- había sido retirada de allí de manera preventiva.

Racismo en las calles

Pintadas idénticas a las del campamento pueden verse en pleno centro de Mérida. A los mensajes contrarios al Estado Islámico acompañan otros contra el Islam y Allah.

Los Campamentos Dignidad lamentan la presencia de sectores minoritarios “fascistas” a los que les molesta que se organice la solidaridad de cientos de personas en favor de las personas refugiadas. Personas que huyen de la guerra y la violencia en sus países de origen según recuerdan.

Es la primera vez que este colectivo recibe unos ataques así y su portavoz advierte que las actuaciones de estos sectores minoritarios no pueden quedar impunes. “Somos un ejemplo de solidaridad, de muchos pueblos ayudando, de apoyo popular, y parece que hay sectores a los que les molesta”.