La hoja de ruta para la unión de las ciudades pacenses de Don Benito (37.284 habitantes) y Villanueva de la Serena (25.752 habitantes), que se encuentran a poco más de tres kilómetros de distancia, ya se ha puesto en marcha y todos los ojos se dirigen ahora a la consulta popular que los alcaldes han querido promover, puesto que legalmente no es necesario, para la primavera de 2022. Para seguir adelante con la fusión, de la que resultaría el tercer municipio más grande de Extremadura, será necesario que el proyecto obtenga un apoyo de dos tercios de los vecinos.
“Queremos una aprobación rotunda de la ciudadanía, no puede ser una mayoría exigua”, ha explicado este lunes el alcalde de Villanueva de la Serena y presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo. A pesar de esta exigencia autoimpuesta, el alcalde de Don Benito, José Luis Quintana, se ha mostrado convencido de alcanza esa meta porque “la unión es irrenunciable”. No obstante, si no se consigue ese apoyo en la consulta, el compromiso es dar carpetazo definitivo a la unión de ambas ciudades.
Hasta el momento, la fusión tiene el apoyo de todos los grupos municipales, que han participado en el acto de presentación ante los medios, los alcaldes de las nueve entidades locales menores que pertenecen a ambos municipios, de los grupos parlamentarios en la Asamblea de Extremadura y de todos los presidentes de la Junta, desde Guillermo Fernández Vara, hasta José Antonio Monago y Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Los dos primeros se han referido este lunes al proyecto, Fernández Vara ha comentado que desde que conoció que Don Benito y Villanueva de la Serena trabajan en su unión “tiene cosquillas en la barriga” y ha tachado de “honesta y valiente” la decisión tomada por los alcaldes. Por su parte, Monago ha dicho que la unión es buena para Extremadura pero que debe servir “no para hacer las mismas cosas que hasta ahora pero juntos, sino para hacer cosas nuevas”.
El proceso de unión ya lo conoce el Ministerio de Política Territorial, que ya trabaja en la consulta popular, y el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que lo “avala”, según el alcalde de Villanueva.
Hasta la celebración de ese referéndum los ayuntamientos pondrán en marcha un proceso de “evangelización” para que los vecinos conozcan las ventajas de la fusión, que se recogen en un informe elaborado por la Universidad de Extremadura. Según este documento, el municipio resultante superaría a Mérida en número de habitantes y sería el segundo más grande de la provincia de Badajoz y el primero de Extremadura. Su PIB alcanzaría los 21.120 euros, por detrás de Badajoz y Cáceres y el empleo crecería al menos 5 puntos. Además, sería la ciudad más importante de la región en sectores como el ganadería y la industria.
Tras la consulta se elaborarán los planes más técnicos, como los estudios de solvencia municipal, la unificación de normas tributarias y planes urbanísticos ,así como de los servicios públicos y trabajadores municipales. Aunque antes habrá que salvar otro escollo: el concurso de ideas para crear las señas de identidad de la nueva urbe su nueva denominación. Mientras tanto, se construirá un núcleo administrativo en la zona del hospital comarcal, aunque el compromiso es descentralizar los servicios públicos.
Los dos mandatarios locales han subrayado que se trata de un “oportunidad histórica”, que se traducirá en más empleo y riqueza y, además, se podrán aprovechar durante al menos cinco años de preferencia en la asignación de planes de cooperación local, subvenciones, convenios u otros instrumentos basados en la concurrencia. Este plazo podrá prorrogarse por la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
El momento culmen de la hoja de ruta llegará en la primavera de 2031 cuando los vecinos tengan que votar de forma conjunta en las elecciones municipales de ese año.