La localidad pacense de Barcarrota acoge este fin de semana el decimoquinto encuentro regional de jóvenes LGTBI para fomentar la participación de este colectivo y crear espacios seguros de reflexión, así como referentes positivos a favor de la diversidad sexual para combatir la incomprensión social, la homofobia, transfobia, el acoso escolar, las agresiones por cuestiones de orientación afectiva y sexual, entre otras situaciones de desigualdad.
Se lleva realizando de modo continuado en los últimos tres años. En esta ocasión la cita “es más especial porque hay más participación de jóvenes transexuales”, apunta el coordinador del Servicio Plural de Triangulo, Emiliano Hernández, que organiza este encuentro.
En este espacio, básicamente se trabaja en el autoconocimiento, en reforzar autoestima, creando para ello un “lugar amable” de participación donde se imparten talleres, actividades de ocio, espacios de reflexión y habilidades sociales para contribuir a la aceptación de uno mismo, “a empoderarse”, como destaca la organización.
Esta cita permite trasladar y compartir experiencias en una atmósfera de comprensión. “Muchos de los asistentes no tiene referente ni contactos con otro chicos trans y esto les ayuda a mantener contactos y conocerse más”, apostilla el coordinador.
Los participantes desconocen exactamente de que consta cada taller puesto que las actividades se van diseñamos y adecuando a sus perfiles, en función del proceso en el que se encuentren. Si se trata jóvenes que acaban de salir del armario, de transexuales que inician el proceso, personas que nunca han reconocido en su círculo la tendencia sexual y otras circunstancias, según explica.
Con carácter anual va moviéndose de población y a la misma asisten jóvenes de toda la Comunidad, a quienes un equipo de terapeutas, los técnicos de Triángulo y otros profesionales refuerzan ante los prejuicios y rechazos que encuentran en el día a día, a nivel educativo, sanitario, afectivo, con diversas dinámicas.
Presión de la sociedad
Precisamente, problemas a los que suelen tener que enfrentarse, vienen derivados de la presión social. “La diferencia viene señalada y eso crea ansiedad y dificultad en los jóvenes para reconocerse”, traslada Emiliano Hernández. Si la diversidad se aceptara de modo normal todo sería distinto ya que “lo diferente no tiene porqué ser malo”, agrega
“A los jóvenes trans hay que sumarles que un niño no ha escuchado hablar de esa palabra y necesitan ponerle nombre”, recuerda.
Otra preocupación existente entre estos jóvenes es el incremento de las agresiones físicas producido en los últimos tres años. En Extremadura los últimos casos se han denunciado en Cáceres.
Aumento de agresiones
Triángulo recibió en 2017 la notificación de ocho casos, en los cuales se cursaron cinco denuncias. Mientras en lo que ha transcurrido de 2018 se han registrado ya diez agresiones físicas y verbales en la Comunidad que han dado pie a cinco denuncias interpuestas.
“Y eso es lo que nos llega a nosotros, pero no son todas las que se registran”, concluye el coordinador del encuentro, precisando que las últimas tres han afectado a tres chicas transexuales en Cáceres.
Recuerdan que desde Servicio Plural LGBTI de la Fundación es un punto de información permanente que cuenta con diferentes servicios y herramientas para el colectivo, su entorno afectivo, y centros públicos, a quienes acompaña en materia de diversidad sexual.
La cita de este fin de semana tendrá lugar en el albergue de la localidad pacense de Barcarrota y quien quiera inscribirse aún puede hacerlo en la web de la organización.
Primer encuentro del país
El presidente de la Fundación Triángulo, José María Núñez, recuerda a este diario que Extremadura fue la primera región en convocar el primer encuentro de jóvenes LGTBI en el país. Estuvo organizado por el colectivo De Par en Par y tuvo lugar en la década de los 90, concretamente en la localidad cacereña de Valencia de Alcantara.
Desde entonces este tipo de encuentros al que en principio asistían jóvenes para sociabilizar puesto que resultaba un espacio de “aire fresco para chicas lesbianas y homoxesuales” y era un modo de poder conocer a otras personas.
En la actualidad, en cambio un joven no necesita este espacio para relacionarse “puesto que utilizan redes sociales y tienen más capacidad de comunicarse”, pero sigue haciendo falta “enfrentar” cuestiones cotidianas con reflexión y otras acciones en las que se trabaja con diversas dinámicas en esta decimoquinta edición del Encuentro de Jóvenes LGTBI, según señala Núñez.
Redes sociales
A modo de ejemplo indica que una de las actuaciones “necesarias” entre esta comunidad es conocer “como interactuar adecuadamente a través de las redes sociales”, para convertirlas en “espacios seguros de reflexión”, en las que se pueda hablar “con tranquilidad, no sentir miedo y enfrentarse” con más libertad a cuestiones que les afectan el día a día.
“Es necesario que se sientan hombres y mujeres fuertes”, que “se empoderen y luego sociabilicen como quieran”, agrega el presidente de la fundación en relación a jóvenes homoxesuales, lesbianas, trasn, intersexuales, bixesuales o cualquier persona que se sienta discriminada por cuestión de identidad sexual.
Esto es lo que en esencia propicia el encuentro de jóvenes que “sigue siendo tan necesario” como hace unas décadas, aunque obviamente adaptado a la realidad presente, insiste.
Al respecto, José María Núñez recuerda que la primera campaña dirigida a este colectivo en Extremadura se llamó “¡quiérete!” Un lema que sigue estando muy presente en la actualidad en las luchas de este movimiento, puesto que sigue siendo “más necesario que nunca reforzar la autoestima” y mostrar a estos jóvenes herramientas para desenvolverse ante posibles casos de acoso escolar, agresiones físicas y verbales , entre otras discriminaciones, explica.
Marco legal global
Para esta asociación al igual que demanda la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales , resulta importante que se apruebe la Ley de Igualdad LGTBI que está desde hace un año pendiente de aprobación en la Comisión de Igualdad del Congreso.
Aunque van “un paso más allá”, ya que consideran que se necesita “todo un paraguas legal”, una legislación global contra la discriminación, además de la ley de igualdad.