Las empleadas del hogar migrantes de Extremadura rechazan el régimen interno, “la esclavitud moderna”, como refleja un informe que recoge que el trabajo externo en este sector ha crecido 20 puntos desde el 2020, hasta representar el 25 % en 2022.
El informe 'Yo, mujer migrante en Extremadura' ha sido realizado por el Movimiento de Mujeres Migrantes con el apoyo de Alianza por la Solidaridad y la financiación de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo. En el estudio, que se ha presentado en Mérida este 30 de marzo, Día Internacional de la Trabajadora del Hogar y los Cuidados, han participado 66 migrantes y recoge que hay empleadas en régimen interno que cobran solo 600 euros, que hay jornadas incluso de hasta 70 horas semanales, o el pago de la hora a seis euros, también por parte de algunas empresas.
Por ello, la presidenta de Mujeres Migrantes de Extremadura, Maryorit Guevara, que ha calificado el régimen interno como la “esclavitud moderna” porque “no tiene límites”, ya que la trabajadora un día es enfermera y al siguiente le toca limpiar las heces del perro.
En este sentido, la presidenta de la Asociación de Empleadas del Hogar, los Cuidados y la Limpieza de Cáceres, Carla Echavarría, ha asegurado que en un domicilio pasan muchas cosas a puerta cerrada. “Nuestros derechos son vulnerados en todo sentido, hay acoso sexual, laboral, psicológico y todas las barbaries que ustedes pueden imaginar”, ha subrayado esta mujer, que era funcionaria pública y empleada de banca en Honduras, de donde huyó por la violencia y la criminalidad que hay en su país.
Echavarría ha indicado a que la inviolabilidad del domicilio no permite hacer inspecciones laborales, por eso las empleadas en régimen interno sufren “todo tipo de vejaciones”. Además, ha expuesto que en teoría el horario laboral es de 40 horas, pero a veces hay que acompañar a las personas hasta las dos o las tres de la mañana, cuando decidan acostarse o porque tienen insomnio, después de la teórica jornada de ocho horas. Debería ser retribuido económicamente o con descanso en el mes siguiente, y “la pernota se regala”, ha señalado.
El diagnóstico recoge, por ejemplo, el testimonio de Eliza (nombre supuesto), que trabajaba en cuidados en régimen interno en Mérida, sin contrato, sin salidas diarias, con libranzas cada 15 días y por 900 euros. Aguantó esta situación durante un año y medio porque acababa de llegar a España y tenía que pagar una deuda en Honduras.
Guevara ha subrayado que hay casos de mujeres que dedican el 70 % de su renta a pagar el arrendamiento y que también hay empresas que “violentan” los derechos de estas mujeres. En la actualidad hay 4.000 mujeres dadas de alta, pero también hay mucha población no registrada que es necesario sacar del “vacío”, ha reclamado.
Además, la presidenta de Mujeres Migrantes de Extremadura ha denunciado el “racismo institucional” que supone la ley de Extranjería, ya que hacen falta tres años de residencia para obtener documentación, y “en ese tiempo hay que vivir de algo”, lo que hace que no haya más remedio que soportar la precariedad del régimen interno.
Según el informe, las migrantes que trabajan por horas han pasado del 12,5 en 2020 al 17,5 % en 2022 y la situación de desempleo ha evolucionado en estos años del 17 % al 10 %, respectivamente.
Por este tipo de situaciones el día internacional que se conmemora este 30 de marzo lleva como lema 'Abolir el trabajo de interna'.