Los gobiernos de España y Portugal negocian una reducción de los movimientos transfronterizos probablemente instada por el país vecino, una regulación que entrará en vigor en la noche del sábado al domingo según la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
Portugal está en situación sanitaria crítica, con la tasa de covid más alta del mundo entre los países de cierto tamaño, y casi dobla la española; tiene a su población confinada en casa salvo para asuntos esenciales, acaba de prohibir a sus nacionales salir del país, y ahora quiere asegurarse esa situación cerrando algunos pasos fronterizos de contacto entre ambos países, a la vez que impedir la entrada de más focos humanos o materiales de contagio.
El país vecino ya vio días atrás cómo Reino Unido le cerraba las fronteras y prohibía la entrada de vuelos procedentes de Portugal, a lo que ésta respondió posteriormente con la misma medida impidiendo la entrada de aviones procedentes de aeropuertos británicos.
15 pasos abiertos
Según la ministra española de Asuntos Exteriores se dejarían francos 15 pasos fronterizos terrestres; por ellos seguirían circulando trabajadores transfronterizos y ciudadanos con causa justificada, además de mercancías, aunque todo ello con controles de precaución sanitaria.
Previsiblemente según la agencia Efe, se reducirán también los contactos ibéricos por avión y barcos.
El Ministerio de Exteriores han subrayado que como aclara la ministra Arancha González, no es un cierre de fronteras, es una restricción temporal de la movilidad permitida por las normas de Schengen por razones de fuerza mayor como son las sanitarias; va a existir cierta movilidad para evitar un impacto gravoso pero garantizando la seguridad sanitaria y “es necesario” evitar desplazamientos innecesarios para frenar la expansión de los contagios.
Será una restricción menos rígida que la que hubo en primavera pasada, marzo, abril, mayo y junio, con la frontera prácticamente cerrada y cuya reapertura ceremonial tuvo lugar el 1 de julio en Badajoz con presencia de los jefes de Estado y de Gobierno de ambos países.
Acertada pero tardía
El alcalde de la localidad pacense de Villanueva del Fresno, Ramón Díaz Farías, considera “acertada” pero “tardía” la decisión de Portugal de restringir la movilidad fronteriza, que impedirá, salvo excepciones, la entrada de ciudadanos portugueses a Extremadura, según recoge la agencia Efe.
La decisión de Portugal afectará a un centenar de trabajadores que residen en Villanueva y que cada día cruzan la frontera para trabajar en Reguengos de Monsaraz (Portugal), una cifra que se duplica en las campañas de recogida de aceitunas y uvas.
Farías ha asegurado que el ciudadano portugués va a Villanueva del Fresno, principalmente, buscando todo lo que tiene que ver con el sector servicio de transformación, es decir, servicios de carpintería metálica, madera y también gasolina y butano, ya que “una bombona de gas cuesta el doble en Portugal”.
“Respetamos la decisión de Portugal, pese a que cualquier cierre de frontera o restricción es muy importante para la localidad, puesto que gran parte de nuestra economía vive de las ventas a Portugal”..
En relación a la inexistencia para estos casos de un protocolo de control transfronterizo entre Portugal y Extremadura, el alcalde lamenta que “ni siquiera se le espera”, algo que el gobierno local lleva reclamando desde junio.