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El uso de guantes, mejor sólo en supermercados y situaciones concretas según los médicos

Los facultativos de Medicina Preventiva y Salud Pública de los hospitales de Extremadura se han adherido a las recomendaciones emitidas por la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, en las que no se aconseja el uso de guantes en la población general, ni la toma de temperatura en comercios, centros de trabajo y otros lugares.

Según estas indicaciones, en el contexto de la pandemia por COVID-19, el uso de guantes por parte de la población general es una medida no recomendada por autoridades oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que no aporta una protección adicional respecto a la higiene de manos e, incluso, puede incrementar las posibilidades de transmisión de la enfermedad entre personas o a partir de superficies potencialmente contaminadas.

Las razones que se argumentan para realizar esta afirmación, según ha indicado la Junta de Extremadura en un comunicado, son que no son necesarios porque el virus no puede penetrar en la piel sana y, por tanto, no es posible la transmisión de la enfermedad de esta manera.

Por lo tanto, a su juicio de esa sociedad médica, es “innecesario tener una capa adicional de protección con el uso de guantes”.

No se utilizan correctamente

Argumentan que los guantes son tan susceptibles de contaminarse como la piel y quitárselos sin contaminarse las manos no es sencillo, por lo que requiere de una técnica específica.

Además las indicaciones inciden en que no se utilizan correctamente y que deben usarse exclusivamente cuando hay una indicación expresa (como es en los comercios para elegir frutas y verduras) y retirarlos inmediatamente tras finalizar la necesidad.

Siempre debe hacerse higiene de manos antes y después de utilizar los guantes.

El hecho de llevar guantes no impide que, de igual forma que cuando las manos están desnudas, las personas se toquen la cara para ajustar las gafas o la mascarilla o apartarse el pelo, y se puedan infectar.

La higiene de manos sobre guantes es menos efectiva que sobre las manos. En un guante pueden quedar pliegues donde no acceden los productos de base alcohólica o el jabón.

Además es posible que se erosione por los productos de limpieza, dejando lugares que pueden convertirse en potenciales reservorios de microorganismos.

Falsa sensación de seguridad

Los guantes generan una falsa sensación de seguridad en el usuario. Llevarlos puestos puede hacer que no se tomen las precauciones para evitar el contacto con superficies potencialmente contaminadas y que no se realice una adecuada higiene de manos posteriormente.

Además llevar guantes implica una pérdida de tacto, lo que hace que la contaminación pase desapercibida.

Por ejemplo, al tocar una barandilla sobre la que alguien haya estornudado, con el guante no se percibirá que está húmeda, por lo que se retrasará la higiene de manos y aumentarán las posibilidades de contagio o contaminación de otras superficies.

Cuando se usan guantes de forma habitual disminuye la frecuencia de la higiene de manos, lo que implica un incremento de los contactos de riesgo con la cara o con la mascarilla.

Toma de temperatura en comercios

Respecto a la toma de temperatura en comercios, centros de trabajo y otros establecimientos, recuerda que la Agencia Española de Protección de Datos emitió un comunicado donde expresaba “su preocupación por este tipo de actuaciones, que suponen una injerencia particularmente intensa en los derechos de los afectados y que se están realizando sin el criterio previo de las autoridades sanitarias”.

La medición de la temperatura corporal no se considera una prueba óptima para detectar casos de enfermedad porque casi un 30 por ciento de los casos de COVID-19 en España, hasta el 7 de mayo de 2020, no han cursado con fiebre.

En este sentido, de estar presente la fiebre, puede hacerlo de forma intermitente, pudiendo pasar inadvertida en el momento del control.

Además, la temperatura elevada puede ser debida al efecto de determinados medicamentos, lo que forma parte de la historia personal que no tiene por qué ser conocido por los empresarios, y puede que no haya fiebre en el momento de la medición por la toma de antitérmicos.