La incineración crece año tras año en Extremadura, aunque lo hace con menor fuerza que en otras comunidades autónomas debido al peso de lo rural y de las tradiciones, y al menor porcentaje de población inmigrante.
El gerente de Tanatorio Badajoz, Carlos García, cifra en torno al 35 por ciento el peso de la incineración en Extremadura, un porcentaje alejado de otras comunidades, aunque “crece año tras año”.
Aumenta la incineración como alternativa al enterramiento, pero más despacio, ya que las costumbres son diferentes. Para el responsable del tanatorio Ceret de Jerez de los Caballeros, Juan Manuel Caballo, el carácter rural y el peso de lo tradicional en Extremadura tienen mucho que ver en el menor incremento de la incineración en la comunidad.
El lento pero progresivo aumento de la incineración es una de las características que hoy vive el sector en Extremadura, junto a otras como el mantenimiento de los precios ajustados o la concentración de funerarias para hacerse más fuertes.
Para García, de igual forma que el negocio de las funerarias se vio menos afectado por la crisis, pues la población fallece independientemente de que exista crisis económica o no, sí que se sufrieron ajustes, de los que el sector se recupera muy poco a poco.
“En pleno 'boom' económico venía la gente y pedía lo mejor que hubiera -ha indicado por su parte Juan Manuel Caballo-, pero los ajustes han hecho que un servicio funerario completo valga hoy mucho menos que hace 15 años”.