Bajo los lemas 'Badajoz se mueve por la dignidad laboral', 'Con nuestro trabajo no se juega' y 'Fuera caciques del Ayuntamiento' está convocada para este sábado una manifestación ciudadana que tiene como objetivo denunciar la “forma de contratar y despedir” del Consistorio pacense.
El convocante es una sola persona: Pedro Luengo, extrabajador municipal que lleva un mes y medio esperando una respuesta tanto del alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, como de la concejala de Recursos Humanos, Beatriz Villalba, quienes le aseguraron que le buscarían una solución a su situación de desempleo.
La manifestación, que saldrá a las 10.30 horas de la estación de trenes de Badajoz y que terminará en la puerta del Ayuntamiento, está apoyada por varios sindicatos (UGT, CC OO, USO, CSIF…), por asociaciones como la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) y por los tres grupos políticos de la oposición (PSOE, Recuperar Badajoz-Podemos y Ciudadanos).
Pedro Luengo, pacense de 31 años, con una niña de 6 y una mujer a punto de dar a luz, aprobó las oposiciones de conductor de camión en 2008, pero se quedó sin plaza. En lugar de pasar a ser interino, le hicieron en 2012 un contrato laboral temporal de relevo (como si hubiera sido rescatado del Sexpe y no hubiera hecho la oposición) por un funcionario que se jubilaba de manera parcial.
15 días sin contrato
La previsión era que ese empleo durara cuatro años, pero este funcionario se jubiló antes de tiempo. El contrato de Luengo decía claramente que lo tenían que despedir un día antes de esta jubilación, pero eso no ocurrió. Siguió trabajando y supuso que estaban arreglando su contrato de interinidad, como sucede normalmente en el Ayuntamiento, pero la realidad es que estuvo 15 días trabajando sin contrato y luego lo despidieron.
Fue a los juzgados, logró que lo indemnizaran, pero él lo que pretende es recuperar su puesto en el Ayuntamiento.
“Lo que quiero denunciar es la mala gestión de los recursos humanos con los trabajadores del Ayuntamiento, porque siempre optan por el camino más fácil, que es la indemnización, cuando ese dinero se podrían gastar en otra cosa. Lo que están haciendo es jugar con los empleos de la gente. ¿Por qué a unas personas se las readmite y a otras no?”, se pregunta.
Luengo estuvo cinco días en huelga de hambre y tres semanas acampado en la puerta del Consistorio. Además, ha organizado ya varias caceroladas. Asegura que no parará en su lucha cuyo objetivo es, al fin y al cabo, tener un trabajo.