El Patronato del Parque Nacional de Monfragüe ha aprobado por mayoría el control poblacional de ciervos y jabalíes en las fincas de titularidad pública del espacio por medio de la actividad cinegética, sin perros ni fines comerciales ni económicos. Un encuentro en el que se ha presentado el informe final del Programa de Acción Selectiva de las Poblaciones de Ungulados Silvestres 2022-2023 en este espacio protegido cacereño.
Este documento señala que con las actividades de control puestas en marcha en dicho programa se han capturado 261 ciervos y 524 jabalíes, “unas cifras menores a las esperadas, ya que por ejemplo la población de jabalíes superaba al inicio de campaña los 1.000 animales”, según ha informado el Ejecutivo extremeño en un comunicado. Estos datos, según se ha determinado en el Patronato, justifican el uso de nuevos métodos de control poblacional, en este caso mediante la actividad cinegética, “ya que los actuales se han demostrado insuficientes”.
Así, y tras la aprobación de este “método tradicional de control poblacional” como son las actividades cinegéticas, a mediados de octubre se comenzará a poner en marcha con sociedades locales de cazadores, con grupos de unos 20 o 30 batidores, y en próximas fechas se determinarán los detalles de las mismas y las fechas concretas.
En la reunión del Patronato se ha determinado también que los animales abatidos se destinarán a bancos de alimentos y los deshechos a cremación, porque así lo determina la ley. “Con ello se cumple el compromiso anunciado por la presidenta -de la Junta de Extremadura- María Guardiola de recuperar el control poblacional mediante la actividad cinegética sin ánimo de lucro e inicialmente sin perros en el Parque Nacional de Monfragüe”, ha recordado el Ejecutivo regional.
El objetivo es conseguir el “necesario equilibrio ecológico” para evitar daños en la flora y en la fauna, y también para proteger al ganado de los efectos que pueden suponer algunas especies, como los jabalíes, en la sanidad animal, al ser transmisores de enfermedades, como la tuberculosis, “que pueden llegar a constituir un verdadero problema de salud pública”, ha concluido el Gobierno regional.