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Una concejala de C's cree que hay un “estado policial político” en Mérida

Son las 22:40 del viernes pasado. Un vehículo de la marca Jeep, modelo Gran Cheroki , se aproxima a los aledaños del Teatro Romano. El conductor, bien por desconocimiento o por desobediencia, no respeta la señal de dirección obligatoria hacia la derecha, situada entre la calle Suarez Somonte y la calle Sáenz de Buruaga. Es en ese momento cuando, un policía local, que se encontraban en la puerta de autoridades del teatro, le señaló que procediera a parar el coche .

Una vez detenido el vehículo, el conductor del mismo, en una actitud “soberbia y prepotente”, según el atestado policial, manifiesta no haber cometido ninguna infracción, negándose, en un primer momento, a identificarse y accediendo a ello, posteriormente, de forma verbal, pues no disponía de documentos encima.

El infractor es el marido de la concejal y portavoz de Ciudadanos Mérida, María Antonia Sanmartín, que se dirigía hacia la zona reservada para coches oficiales de personalidades que acuden a ver espectáculos del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

La concejal llegó más tarde

La edil, que llegó más tarde al lugar de los hechos tras la llamada de su cónyuge, reconoció que todos los concejales del Ayuntamiento de Mérida tienen derecho a estacionar en el espacio reservado, los coches suyos o los que conduzcan sus maridos.

A su vez, el documento policial señala que a la portavoz de C’s se le informa que su marido no había obedecido una señal y que su pareja manifestó a los agentes que no había indicación alguna, a lo que el policía respondió que “creía que ya éramos mayorcitos como para reconocer que nos habíamos equivocado, como le puede pasar a cualquier persona”.

Finalmente, al carecer el conductor del vehículo de la documentación personal, los policías tomaron nota de la matrícula para proceder a la identificación del conductor en la base a los datos para proceder a tramitarle la correspondiente denuncia por infracción de tráfico.

Sanmartín, después de la bronca y el desagradable incidente, ha expresado su descontento denunciando que Mérida está viviendo “un estado policial político que está fuera de lo común” porque “ahora resulta que soy la Esperanza Aguirre de Mérida”. “Si yo fuera Numancia, antes muerta que derrotada”, sentenció.

No existe ese favoritismo para concejales

Sobre este asunto, el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, ha desmentido que exista esa peculiaridad de trato de favores. “El alcalde no tiene coche oficial, aparcamiento oficial en el teatro ni en la calle Félix Valverde Lillo, ni se salta las direcciones prohibidas”.

Por ello, Osuna exige a la concejal “un poquito de responsabilidad” porque “ahí no aparcan ni el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ni el alcalde; sólo algunos embajadores y altos cargos que han venido”. “Iban a regenerar la política y lo único que le ha faltado es decir: ‘usted no sabe quién soy yo”.

¿Cómo que la policía está politizada? Lo que hace es perseguir a los infractores y si ha habido una infracción, lo que tiene que hacer es pagar la multa y pedir disculpas a los ciudadanos”, finalizó Osuna.