Los dos presuntos autores del robo del Hotel Atrio de Cáceres, del que se llevaron 45 botellas de vino por valor de 1,7 millones de euros, una de ellas, un Château d’Yquem, de 1806, valorada en más de 300.000 euros, declararán a finales de esta semana en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Cáceres.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJEx) han informado a elDiario.es de Extremadura que se espera que la toma de declaración pueda llevarse a cabo entre el miércoles y el viernes, a la espera de saber el vuelo en el que viajarán los detenidos, que fueron interceptados y puestos a disposición policial en Croacia, hace unas dos semanas.
La detención de los supuestos autores de uno de los robos más mediáticos de los últimos años en Cáceres, ha levantado una gran expectación, ya que, se espera que, de confesar su autoría, podrían localizarse todas o parte de las botellas robadas.
Los propietarios de Atrio ya han llegado a un acuerdo con la compañía aseguradora Sánchez Castañón para devolver la indemnización del valor de las botellas que se lleguen a localizar, si ello llegara a ocurrir.
Según informó la policía nacional tras la detención de los presuntos autores, la identificación no fue fácil, al tratarse de personas extranjeras, altamente especializadas, que utilizaron documentación falsa, y que se han movido por toda Europa constantemente en los 10 meses desde se produjera el robo a finales de octubre del año pasado, y siempre por vía terrestre, para no ser identificados en aeropuertos.
Tardaron en ser identificados, alrededor de tres meses, y se les ha estado siguiendo la pista durante estos siete meses, hasta ser detenidos en Croacia, cerca de la frontera con Montenegro.
Se trata de un hombre, de 47 años de edad, de doble nacionalidad, de Rumanía y de Países Bajos, que ya contaba con antecedentes policiales y penales por hechos similares. Su compañera en robos de “alto standing” tiene 29 años y es de nacionalidad mejicana, y sobre ella no constan antecedentes penales.
Los hechos sucedieron en la madrugada del 26 al 27 de octubre de 2021. Primero se alojó la mujer, avisó que iría a cenar con un acompañante, y después de la cena, pidieron visitar la bodega, como hacen muchos de los comensales de Atrio. Una vez que cenaron subieron a la habitación, pero sobre la 1,30 horas de la madrugada pidieron al servicio de habitaciones que les subieran comida. Les dijeron que la cocina estaba cerrada, insistieron y entonces les subieron una ensalada.
Según las investigaciones, aprovecharon la distracción del personal del hotel en esos momentos para abrir la bodega con una llave maestra y sustraer las botellas que, cuidadosamente, debieron envolver para que no se rompieran ni hicieran ruido con unas toallas del hotel, que después se percataron de que habían desaparecido. La huida del hotel con el botín se produjo en torno a las 5 de la mañana y a pie.
Se cree que la ejecución del robo corrió a cargo del hombre, mientras que la mujer hizo de vigilante en todo momento.
Las investigaciones también han esclarecido que la pareja de ladrones de “guante blanco”, ya que, según la policía, no se les conoce ninguna intervención violenta, habían estado días antes comiendo en Atrio y también habían visitado la bodega, y que habían hecho lo mismo en otro restaurante de Madrid, con una bodega de similares características, quizás para estudiar el modo de perpetrar el robo.
Un robo de película, digno del mejor guion, del que aún no se conoce el final, puesto que no se sabe aún dónde han ido a parar las 45 botellas sustraídas, ni la que era la joya de la corona el Châteu d’Yquem de 1806 de las bodegas, propiedad de la marca de lujo Louis Vuitton.
La pareja estaba especializada en robos de este tipo de artículos, el hombre tenía una requisitoria de detención por Suiza, en 2019, por la tentativa de robo de una botella de Whisky en el aeropuerto de Ginebra, valorada en 5.000 euros, y también tenía antecedentes policiales por otro robo de una botella de vino, valorada en 38.000 euros, de una tienda gourmet del Barrio de Salamanca en Madrid, en 2020.
Para su detención, la policía española ha contado con la colaboración de la Interpol, la Europol, la oficina de Sirene y de la Policía de Croacia.
La investigación continúa abierta hasta averiguar dónde están las botellas y si hay más personas implicadas, que demostraría la hipótesis que se ha barajado en ocasiones de que el robo fuera realizado por encargo.