Un proyecto extremeño busca nuevos biomarcadores de la enfermedad renal crónica
Un proyecto “puntero” en la región, cuyo investigador principal será el catedrático de la Universidad de Extremadura (UEx) Guillermo Gervasini, busca hallar nuevos biomarcadores de la enfermedad renal crónica, lo que ayudaría a identificar las personas con riesgo a sufrir esta dolencia.
Financiado en la convocatoria de “Acción Estratégica en Salud 2022-Proyectos de Investigación en Salud” del Instituto de Salud Carlos III, el proyecto arrancará en enero del próximo año, con un trienio de duración. El objetivo es hallar nuevos biomarcadores amplios que ayuden también a identificar la velocidad del proceso de la enfermedad, es decir, si la progresión va a ser rápida o lenta.
Por ahora, los criterios de diagnóstico se basan en niveles de filtrado renal y de proteínas en la orina que, cuando salen a la luz, el deterioro del riñón está ya muy avanzado, siendo en los casos más graves la diálisis o el trasplante de riñón las únicas soluciones. “La enfermedad renal crónica es un síntoma del envejecimiento, es inevitable -ha explicado Guillermo Gervasini- se trata de una patología muy común, pues se estima que será la quinta causa de fallecimiento en el mundo en 2040 y la segunda en España en 2100”.
El riñón funciona peor con la edad, aunque también influyen negativamente otros factores como la hipertensión, la diabetes y la variabilidad genética. En este sentido “hallar precisamente marcadores genéticos es el objetivo principal que abordará el equipo de investigadores”. Teniendo en cuenta que el deterioro renal es propio del envejecimiento, los investigadores extremeños se centrarán en una proteína clave en la función antioxidante del organismo, la proteína Klotho.
Al finalizar el proyecto se espera comprender cómo se relacionan los niveles de esta proteína y sus factores de crecimiento con la enfermedad renal crónica, y observar si existen mutaciones genéticas que expliquen estos niveles, y por consiguiente, su conexión con esta dolencia.
Las muestras del proyecto estarán además disponibles en el Banco de ADN de Extremadura, integrado en la red de bancos de España, de manera que puedan servir como fuente de datos en otros estudios.
En la investigación participan Fundesalud, la Universidad de Extremadura, el hospital Universitario de Badajoz, la Universidad de Valladolid y la Universidad Complutense de Madrid.
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