Una representación de la Plataforma Salvemos el Guadiana protagonizó este viernes una protesta en el pleno de Badajoz. Allí volcaron ramos de camalote para escenificar el daño que causa a la cuenca la planta invasora más peligrosa de Extremadura.
Los activistas tiraron al suelo del salón noble los ramos de Jacinto de agua en denuncia a la actitud que mantiene el Ayuntamiento de la capital pacense. “Entendemos que si nuestro equipo de gobierno no actúa pueda deberse al desconocimiento de la problemática que asfixia a nuestro río, por lo que decidimos llevarle una pequeña muestra in situ”, transmiten.
Los reproches no solo fueron hacia el alcalde, Francisco Javier Fragoso, que a su juicio actúa en connivencia con la Confederación Hidrográfica del Guadiana, también gestionada por el PP. Se dirigieron igualmente a los partidos de la oposición, a quienes reprocharon si no les daba “remordimiento” no tener una posición más crítica y contundente con este problema.
Así lo explica Miguel Ángel de la Cruz, miembro de la plataforma y una de las personas que fue desalojada de la sesión plenaria. Denuncia que una de las compañeras fue cogida con fuerza del brazo por un agente de paisano en lo que consideran un “acto de violencia” en público.
Acto reivindicativo
A modo de ironía la plataforma ciudadana dice que quisieron “dar aderezo a un salón de plenos con plantas decorativas por la falta vida vegetal”. Advierte Miguel Ángel de la Criz que aunque la gestión del río es competencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, “todo el mundo echa balones fuera” a la hora de hablar de esta plaga.
Instan al regidor a “mojarse” en defensa de un río que pasa por la ciudad. También le preguntan si está dispuesto a defender la cuenca y criticar abiertamente el problema, “como ya han hecho otros alcaldes como el de Mérida”. “Van de la mano de la CHG, no se preocupan por nada, mientras el camalote sigue creciendo, y no cala en la sensibilidad de la gente la problemática”.
Para 'Salvemos el Guadiana' los trabajos de recogida de jacinto de agua que hace la Confederación del Guadiana no son adecuados. Sostienen que las cuadrillas no actúan a diario en el tramo urbano. También el modo de recogida, porque los brotes “no terminan de recogerse por completo”.
De modo que según comenta siguen visibles recovecos y núcleos donde permanecen sin ser retirados. No hay una limpieza exhaustiva y la confederación, a su juico, no se está tomando en serio la erradicación.
En una década han sido invertidos para su erradicación hasta 46 millones de euros, “dinero que sale de nuestros bolsillos, y seguimos igual que desde el principio”. A modo de “bucle de intervenciones en las que se malgasta el dinero y no se ve resultado en el saneamiento del Guadiana”. A juico de la plataforma parece que en torno a este problema hay “fines creados”. “Porque el problema sigue ahí año tras año”.