- El autor de la 'Historia de Extremadura' en ocho volúmenes siempre ha defendido que el 25 de marzo debería ser el día de la región
El escritor e historiador Víctor Chamorro considera que el hecho identitario extremeño nació el 25 de marzo de 1936 cuando más de 70.000 campesinos ocuparon 3.000 fincas de latifundio. Piensa que se trata de un hecho que se resume en que “los extremeños queremos ser el doble con los demás”, y que no se ha enseñado en la escuela.
Víctor Chamorro indica que la grave crisis económica vivida en estos años ha hecho que se mire nuevamente a ese “día grandioso”, esa ‘homeriada’ que supuso que hace ahora 81 años los yunteros, jornaleros y braceros extremeños ocuparan en un solo día la provincia más grande de España, Badajoz, “de una forma tan pacífica que asombró al mundo”.
Ese día, según recuerda el autor de la “Historia de Extremadura” en ocho volúmenes, los periódicos más importantes de Europa e incluso de América mandaron enviados especiales para que se hicieran eco de lo que fue “la primera revolución agraria de una manera pacífica”, un hecho histórico que, a su juicio, lamentablemente no se conoce en la región.
“Aquello fue una epopeya que pudo terminar muy mal” de haber intervenido la Guardia Civil o el Ejército, ya que los yunteros y sus familias tenían muy clara la idea de ocupar el lote de tierra que les había asignado la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra y “estaban muy ideologizados por los líderes sindicales, los maestros de escuela de la República e incluso por los poetas”, entre ellos Rafael Alberti, César Vallejo o León Felipe.
La sublevación golpista y el 25 de marzo
Pero para Víctor Chamorro la ocupación de fincas del 25 de marzo de 1936 no sólo fue “un fenómeno que conmovió al mundo europeo y norteamericano”, sino que conllevó de alguna manera la sublevación golpista del 18 de julio, ya que los grandes terratenientes de Castilla y Andalucía impulsaron y aceleraron la asonada militar para que el ejemplo de los yunteros extremeños no se extendiera a sus tierras.
Ese día, a juicio de Chamorro, nació el hecho diferencial, la identidad de Extremadura como pueblo, porque “yunta significa ir juntos y los extremeños juntos demostraron que tenían una fuerza que ellos desconocían” y que les permitió recuperar una tierra que estaba “secuestrada” en manos de muy pocos.
Por ello, siempre ha defendido que el 25 de marzo debería ser el Día de Extremadura, en vez del 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Guadalupe, una reivindicación que volvió a tomar fuerza el año pasado con el 80 aniversario de esta efeméride y con el nacimiento de la Asociación 25 de Marzo, que persigue ese objetivo.
El 'despertar' de la efeméride
Ahora, con la crisis económica, “estamos asistiendo nuevamente a una Extremadura que se desangra”, que tiene que recurrir otra vez a la emigración de sus jóvenes, mientras que nacen “nuevos terratenientes” como el jeque Mansaur Al Nahyan, hermano del emir de Abu Dhabi y propietario del Manchester City, que ha adquirido una finca de más de 8.000 hectáreas en el término municipal de Valencia de las Torres (Badajoz).
Por ello a su juicio vuelve a adquirir protagonismo el ejemplo de los yunteros y la necesidad de que Extremadura acometa de una vez por todas la reforma agraria que aún sigue pendiente y que consistiría actualmente, explica, en la cooperativización de la agricultura, en la inversión en regadío y en la creación de una industria transformadora “para que los productos extremeños puedan marchar por los mercados con nombre propio”, de forma similar a lo que ha ocurrido en el Valle del Jerte con la cereza.
A su juicio con la llegada de la Democracia se cambió “ideología por pragmatismo” y “reforma agraria por PER”, lo que conllevó el “olvido” de los ideales del 25 de marzo y del propio hecho identitario del pueblo extremeño, a diferencia de lo ocurrido en Cataluña o País Vasco donde “ese sentimiento nacionalista de ser más que los demás o querer ser contra algo o contra alguien, se ha enseñado en las escuelas y se aprende desde pequeños”.
Sin embargo la identidad extremeña -esa que suma, no resta- se ha perdido en medio de la “apatía” de generaciones ante el desconocimiento de su propia historia.
En esa misma línea, el activista Manuel Cañada, exdiputado y excoordinador regional de IU, cita al filósofo alemán Walter Benjamin al afirmar que “hay que encender la chispa de la esperanza del presente en las luchas del pasado” y aboga por recuperar los ideales y los sentimiento del 25 de marzo, “como el principal momento en el que el pueblo extremeño tomó las riendas de su destino”.