Con la excusa de la cabalgata de reyes del próximo día 5, al técnico de Parques y Jardines de Mérida se le ha ocurrido cortar una palmera que contaba con alrededor de 130 años. ¿Existía peligro?, puede ser, lo que dudo es que se haya hecho un estudio riguroso de esa posibilidad, o que no hubiera otra solución provisional (apuntalamiento, acotar el espacio) hasta concluir el estudio serio. Cualquier cosa antes de cortar una vida de más de 100 años.
Hasta las piedras son más respetadas en nuestra ciudad que los árboles. A partir de cierta edad las casas, balcones, columnas y escudos nobiliarios son declarados de interés artístico arquitectónico y no pueden ser tocados. Los árboles, seres vivos, parecen ser prescindibles y sin criterio serio ser derribados cuando un técnico funcionario bien asentado en su poltrona lo decide.
No seré yo quien defienda la vida de un árbol a toda costa, antes está la seguridad ciudadana y la vida de las personas, pero una vida que ha costado 130 años en alcanzar su estado actual, se merecía al menos un estudio y un criterio serio.
Descanse en paz hermano árbol, como decía Francisco de Asís. Y espero que no suceda lo mismos con otros árboles.