Desde una moto el entorno se ve diferente y se siente distinto. Las dos ruedas conceden otro punto de vista, más alto y más libre que el del coche. Como no hay que bajar ninguna ventanilla, los escenarios se cuelan de lleno por los cincos sentidos. Además, el tamaño de una moto permite transitar por caminos por los que no pueden pasar vehículos más grandes.
En ese cóctel de sensaciones, aderezado con alguna dosis de aventura, se basa la II Extremadura Challenge que se celebrará el 27 de junio, con salida y llegada en Plasencia. La iniciativa pretende dar a conocer el norte de Extremadura recorriéndolo en moto y convertirlo en destino turístico preferente entre los amantes de esta práctica.
“Es una forma efectiva de mostrar el territorio, el patrimonio y la naturaleza y de llevar a los moteros por carreteras y ubicaciones espectaculares. Con ello logramos cumplir una de las mayores expectativas de los amantes de las motos, que es localizar rutas desde las que disfrutar paisajes y cultura”, explica Javier Antúnez, de la organización, en la que se han unido I BikeSpain y L&P Travel con el respaldo del Gobierno regional.
Se promociona con todo ello el destino y sus recursos, programando actividades las jornadas previas y posterior a la prueba, con el fin de mantener a los viajeros más tiempo en la zona.
Una ruta sin prisas
La fórmula que se ha elegido para hacer todo ello posible es diseñar una ruta de 500 kilómetros que los participantes tendrán que realizar en un máximo de 13 horas, sin prisa, porque de hecho la velocidad está penalizada. Hasta la noche previa a la salida nadie sabrá por dónde transcurre y, precisamente, ese secreto guardado casi hasta el final es uno de los ingredientes que la hacen especialmente atractiva.
La primera ‘challenge’ extremeña pasó en 2014 por La Vera, valles del Alagón, Ambroz y Jerte, Las Hurdes, Tierras de Granadilla y Sierra de Gata. Muchos de los que la inauguraron ya han hecho su reserva para la de 2015, en la que se prevé el doble de participación: 300 dorsales.
“Uno de los valores de la Extremadura Challenge es que en un solo día mostramos gran parte de las bondades de nuestra tierra, ofreciendo muchas alternativas para animar a los participantes a volver”, apunta Antúnez, que asegura que muchos de los 150 conductores del año pasado volvieron por su cuenta después, para recorrer con sus familias el norte extremeño, incluso en más de una ocasión.
Única en el oeste peninsular
La dosis de aventura de la prueba la pone el hecho de que los moteros no dispongan más que de un plano en papel para seguir la ruta y localizar los puestos de reconocimiento en los que tendrán que dejar constancia de que siguen el itinerario correcto, sin saltarse ningún control. No vale utilizar GPS. Además, pueden elegir entre hacer solamente el recorrido por asfalto o combinarlo con pistas que añaden un plus de dificultad. Todo dependerá de su moto, su experiencia y preferencias a la hora de conducción.
La Extremadura Challenge es la única prueba de estas características que se desarrolla en el oeste de España. En Portugal hay una que recorre el país de norte a sur durante dos días, mientras que las más conocidas a nivel nacional son las de Andalucía, Asturias, Cataluña y Valencia. La región se suma ya a ellas, con el ánimo de contribuir tanto a ofrecer una oportunidad de disfrute a los amantes de las dos ruedas como a promocionar turísticamente la comunidad autónoma.