Nueve meses después de que comenzase la campaña de vacunación contra la COVID-19, queda en Galicia un grupo de 150.000 personas a las que la Xunta no ha logrado convencer para inyectarles el fármaco, pese a haber abierto varias convocatorias. Están dentro de lo que se denomina “población diana”, es decir, tienen más de 12 años, que es la edad a partir de la cual se ha aprobado la vacunación, y a estas alturas han recibido o una cita con día y hora concretos o un llamamiento para elegir un turno por sí mismos o ambas opciones. Pero ni han acudido ni han tomado la iniciativa de elegir el momento que les iría mejor.
La campaña de vacunación ha entrado en una etapa de ralentización. Todos los grandes centros en los que se desplegó el dispositivo han cerrado ya sus puertas en Galicia. Estos 'vacunódromos' se instalaron en grandes espacios como recintos feriales o la Cidade da Cultura en Santiago, el polémico complejo proyectado por Manuel Fraga y que ha sido visitado por primera vez por miles de gallegos precisamente porque fueron citados en uno de sus edificios para recibir la vacuna. Después de una primera fase, en los primeros meses del año, en la que los equipos de enfermería fueron recorriendo las residencias de mayores, la actividad se trasladó a estas infraestructuras, en donde se inyectó el fármaco al grueso de los 2.301.770 gallegos que tienen al menos una dosis. Ahora los pinchazos son en los hospitales y, en algunos casos especiales, en centros de salud.
La población que tiene 12 años o más en Galicia se calcula en 2.454.497, personas. Esto supone que, según la última actualización de datos del Ministerio de Sanidad, hay cerca de 153.000 gallegos que todavía no han recibido ninguna dosis. Son el 6,2% de la población diana. El porcentaje es, sin embargo, el más bajo de España.
Si se pone el foco en el reverso de esta cifra, el 93,8% sí se han vacunado, aunque a una parte de ellos todavía falta administrarles una segunda dosis. Es la cifra más elevada dentro del Estado, aunque Extremadura y Asturias se sitúan en los mismos niveles, con un 93,7% y un 93,3%, respectivamente. Están lejos de datos como el 81,9% de Baleares o el 84,8% de Canarias.
Con la pauta completa constan 2.269.415 personas en Galicia, el 92,5% de la población diana. Si los cálculos se hacen teniendo en cuenta también a los niños, los porcentajes caen al 85,2% en el caso de la primera dosis y al 84% en la pauta completa. Estas cifras están, de nuevo, entre las más altas de España, a la par con las de Asturias. En ambos territorios influye no solo la respuesta de los ciudadanos, sino una población envejecida, en la que las rondas de vacunación ya terminaron.
A medida que se iba acercando el momento en el que la Xunta había llamado ya a todas las personas que constaban en sus listas por encima de 12 años, se constató que seguía quedando un grupo de gente que no respondía a las llamadas y hubo un cambio en la estrategia, que había estado apoyada sobre todo en el envío de citas cerradas por SMS. A finales de agosto se amplió la posibilidad de la autocita y se emprendieron campañas específicas para colectivos como las personas sin hogar, olvidadas por el sistema y a las que el Gobierno gallego buscó en los comedores sociales.
La idea de que con estas medidas iban a ir llegando a cada vez menos gente y de que se estaban acercando a un límite, el de las personas que rechazan de plano la vacuna, provocó otro cambio en el enfoque. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, dijo el 16 de septiembre que identificarían a quienes quedasen pendientes de forma individual a través de los centros de salud. En la actualidad, los equipos de enfermería trabajan con su cupo de pacientes y van llamando uno a uno a los hogares en los que hay menores de entre 12 y 15 años para repetir la pregunta. Los otros dos frentes que siguen abiertos son el de los menores que van cumpliendo 12 años, a los que se va asignando una cita, y el de las terceras dosis, que se han administrado ya en las residencias de ancianos. Para la población mayor de edad y que sigue sin haberse inyectado ninguna dosis, la opción que ha activado la Xunta es la de ponerse en contacto con el sistema de salud a través de un mensaje de Whatsapp al número 981 215 930.
Mayor inasistencia entre 30 a 39 años
Pese al temor a que una menor percepción del riesgo hiciese que los más jóvenes rechazasen más a menudo la vacuna, es en la franja de edad entre 30 y 39 años en donde el porcentaje de personas que no han comparecido es más elevado. Los datos que recopila el Ministerio de Sanidade, a partir de la información de las comunidades, por encima de los 70 años tienen la pauta competa el 100%. Entre los 60 y los 69 el porcentaje de quienes tienen al menos una dosis es del 99,6%. Cae al 96,2% en el siguiente tramo, el de los que tienen entre 50 y 59. La población que está entre los 40 y los 49 también ha acudido en masa a la vacunación: tienen la primera inyección el 91,8%.
El descenso se nota en el siguiente escalón, puesto que entre los 30 y los 39 años han acudido a la cita el 81% de los que han sido llamados. La participación vuelve a subir en las siguientes franjas: es del 85,3% entre los 20 y los 29 años; y del 92,6% entre los 12 y los 19.