El 21,5% de los votantes del BNG en las elecciones gallegas habían apoyado el PSOE en las autonómicas anteriores
El BNG atrajo en las elecciones gallegas del pasado 18 de febrero el voto de personas que no habían optado antes por esta formación o que, por lo menos, no lo habían hecho en las anteriores autonómicas, las de julio de 2020. Según una encuesta postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 60,2% de quienes eligieron hace un mes la papeleta de la organización nacionalista lo había hecho ya hace cuatro años, pero el 21,5% de los votantes del BNG fueron ciudadanos que en aquella cita habían optado por el PSdeG. Un 4,8% se había decantado entonces por Galicia en Común -el espacio en el que se integraba Podemos-; un 2,7% lo había hecho por la Marea Galeguista y un 3,7% había apoyado en 2020 al PP.
En las elecciones de febrero, el PP volvió a lograr una mayoría absoluta -la quinta consecutiva- aunque con menos escaños. Pasó de los 42 que había logrado con Alberto Núñez Feijóo como líder en 2020 a 40 en la primera ocasión en la que quien se midió con las urnas fue Alfonso Rueda. El BNG rompió sus techos electorales y obtuvo el mejor resultado de su historia, que se traduce en 25 escaños en el Parlamento de Galicia -seis más que los 19 que tenía hasta entonces-. Sin embargo, el PSdeG se dio un batacazo y cayó a sus peores datos, con nueve diputados, frente a los 14 de la legislatura anterior. El hemiciclo, hasta los 75 asientos, lo completa el único representante que Democracia Ourensana va a sentar en el Pazo do Hórreo.
La encuesta del CIS, basada en 4.077 entrevistas realizadas entre el 6 y 9 de marzo, arroja luz sobre el voto de qué espectro atrajo cada partido. De los votantes del PP, el 85,1% ya habían apoyado a esta misma organización en 2020. Un 5,5%, sin embargo, cambiaron la papeleta de los socialistas por la suya el 18 de febrero. Además, un 3,1% de los votos procedían de personas que hace cuatro años habían elegido al BNG. Quienes en 2020 habían apoyado a Vox fueron solo el 0,8% de los votantes del PP hace un mes. El mismo porcentaje procedía de Ciudadanos.
En cuanto al PSdeG, el 91,9% de sus votantes se mantuvieron fieles con respecto a julio de 2020. De ente quienes escogieron la papeleta de Xosé Ramón Gómez Besteiro, un 2,7% había votado en las anteriores autonómicas al BNG y un 2,1% lo había hecho por el PP.
Democracia Ourensana recogió votos sobre todo de personas que en 2020 se habían decantado por el BNG (el 39,6% de quienes en febrero apoyaron a la formación que lidera Gonzalo Pérez Jácome y que presentó como candidato a Armando Ojea) y el PP (37,3%). Un 13,9% de los votantes de DO habían optado hace cuatro años por el PSdeG.
Entre las fuerzas que no lograron representación en el Parlamento de Galicia, Sumar convenció sobre todo a antiguos votantes de Galicia en Común (el 29,4% de quienes respaldaron la propuesta encabezada por Marta Lois) y del BNG (27,9%). Un 10,3% de quienes votaron a Sumar habían elegido en 2020 la papeleta del PSdeG y un 7,1% la de la Marea Galeguista.
La encuesta indica también que un 13,8% de los votantes decidió a quién apoyar en las elecciones de febrero durante la última semana antes de acudir a las urnas. Un 9% de los encuestados dijeron que cambiaron su elección durante la campaña electoral. El 23,4% de los electores señalaron que votan siempre por el mismo partido; mientras que el 20,4% dice que se mantiene fiel generalmente y un 33,2% señaló que en cada ocasión reflexiona sobre qué le convence más y vota en función de ello.
Más de la mitad de los gallegos llegaron a la campaña electoral con la decisión tomada (el 54,2%, en concreto). Y en general no se han arrepentido de su elección: el 97% dice que, a la vista del resultado, volvería a escoger la misma papeleta, frente a solo un 2% que habría votado otra opción.
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