Desde este viernes el PSdeG está formalmente inmerso en la campaña interna de las primarias por la candidatura a la presidencia de la Xunta. La ratificación de José Luis Méndez Romeu y de Xoaquín Fernández Leiceaga dejó oficialmente fuera de la carrera a Gonzalo Caballero y, casi al mismo tiempo, se ha puesto sobre la mesa de la posibilidad de que el vigués una sus fuerzas en el proceso interno a las de Leiceaga. La posible alianza, que ya ha sido tratada entre ambos en una reunión en Santiago, ha disparado la tensión interna que venía estando latente en las últimas semanas y ha subido el tono del proceso que culmina, el próximo fin de semana, con las votaciones de la militancia, mientras ambos bandos se intercambian acusaciones de usar argumentos propios del PP.
A priori, el pacto de Leiceaga y Gonzalo Caballero supondría equilibrar las fuerzas en la carrera. La candidatura del exportavoz parlamentario fue avalada por 2.216 miembros del partido y la del vigués, por 540. La agregación pondría a Leiceaga por delante de Méndez Romeu y de sus 2.537 apoyos. La “demanda” por que esa unión se produzca es “enorme”, aseguraba Leiceaga este viernes, que se mostraba confiado en que su equipo y el entorno de Caballero, que no ostenta cargos internos, sean capaces de estar “a la altura”.
Esta operación ha sido acogida con una mezcla de malestar y desdén por parte de Méndez Romeu, quien ha venido subrayando públicamente su mayor capacidad tanto para ganar las primarias como para hacerle frente a Alberto Núñez Feijóo en las elecciones. El apoyo de su contrincante en Gonzalo Caballero sería, para lo exconselleiro de la Presidencia, tanto como “conseguir un acuerdo de espaldas a la militancia” mediante “conversaciones entre perdedores”. “Chalaneo interno”, “cambalache” o alianza tejida al amparo del “aparato” socialista han sido algunas de las críticas lanzadas por Romeu y su entorno, al tiempo que reclaman garantías de una “votación libre” el día 28.
Con ambos candidatos recorriendo agrupaciones y celebrando actos sectoriales para recabar apoyos, Leiceaga ha replicado ante la prensa a quienes ven por detrás de sus movimientos una manera de condicionar artificialmente el proceso. Más allá de que sus “esfuerzos” estarán centrados en “fortalecer al PSdeG” y no en “criticar a su rival”, afirma, cree que “escuchar argumentos propios de Feijóo o de Rajoy es impropio de un compañero. La democracia es diálogo y acuerdo, más aún si es entre compañeros”, resalta.
Entre los afines a Romeu, por su parte, no se oculta el malestar por las alusiones de Leiceaga al pasado político de su adversario y, más concretamente, a los “despachos” reformados en San Caetano durante el gobierno bipartito. Eso, aseguran, sí es asumir el argumentario de los populares.
Así, con las espadas en todo lo alto, comienza la semana decisiva un proceso cuyo inédito calendario provoca que se mezcle con la precampaña de las nuevas elecciones generales. Leiceaga subraya la confianza en la victoria gracias al apoyo de la militancia de base y de sectores jóvenes, entre otros, mientras que Méndez Romeu exhibe el apoyo interno de pesos pesados del partido, caso de Abel Caballero, mientras subraya su capacidad no solo para ganar, sino también para “integrar a todos los sectores” del PSdeG.