“Nos agredieron por ser homosexuales y no es un caso aislado”

Noel Dopazo es coordinador del área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de Esquerda Unida y estudiante universitario. El pasado jueves se encontraba en un conocido pub compostelano con su pareja. Ambos sufrieron una paliza “por ser homosexuales”. Esta agresión, advierte, no es un “hecho aislado”.

El suceso se produjo en un local de ocio frecuentado por la gente joven de Compostela, ¿que sucedió?

Es un local, el TNT, al que nosotros ya habíamos ido más veces. Estábamos unos amigos y yo, mi chico comenzó a sentirse mal y decidimos ir al baño por si quería vomitar. De pronto, un chaval comenzó a empujar la puerta. Yo le dije que esperase un momento porque había una persona que se sentía mal. En esto comenzó a gritar: “son maricones, son maricones”. Yo salí del baño y le pregunté: “como que maricones?”. Acto seguido, empezó a pegarme. Mi novio salió a defenderme y otro amigo de ellos lo tiró al suelo y le empezó a dar patadas. Se metió más gente de por medio, se montó una reyerta, mi chico comenzó a sangrar por la boca... Yo le dije a mi agresor que lo iba a denunciar y él comenzó a gritar su nombre. Lo que me dio a entender es que el problema no lo tenía él por pegarme, sino yo, por ser homosexual.

¿Sois conscientes de si los agresores actuaban a título individual o si son parte de algún colectivo?

Pertenece a un grupo nazi llamado MRA Gallaecia. Este tipo de grupos son un auténtico peligro, porque lo que están promoviendo es una ideología de odio. Nuestra agresión no es un caso aislado.

¿Sabéis, por lo tanto, de más agresiones, tanto en Compostela como en otros puntos de Galicia?

El mismo día hubo otra agresión. La única diferencia es que la otra pareja no lo denunció. En la Festa da Primavera también hubo otra agresión. Y estos días una conocida transgénero, que me llamó para solidarizarse, me contó que fue amenazada otras veces. Lo que estamos viendo es que, en muy poco tiempo, estamos retrocediendo brutalmente en materia de derechos y libertades en nuestra sociedad. Esto es consecuencia del aumento de los grupos de ultraderecha.

¿Percibís una extensión de estos grupos en la universidad o en otros ámbitos?

En la universidad en Compostela no hay nada de esto. Son individuos, no es lo mismo en otros sitios. En Lugo, por ejemplo, se empieza a mover una organización llamada Respuesta Estudiantil. A Compostela aun no han llegado, pero es cuestión de tiempo. Como no se actúa contra esto, se expanden, es una auténtico peligro para muchos colectivos. El auge del fascismo es un tema muy serio, algo contra lo que los Gobiernos autonómico, local y central deberían actuar. Estas agresiones, por ejemplo, fueron en Compostela, que nunca ha sido una ciudad conservadora, cerrada ni nada por el estilo.

¿Las autoridades no responden, en vuestra opinión, como deberían?

Con nosotros la Policía actuó normalmente, aunque tardó unos veinte minutos en llegar, a lo mejor también porque era el primer jueves universitario. La actitud que me gustó menos fue la del dueño del bar, que se metió de por medio para decirnos que nos marchásemos fuera y que no denunciásemos porque no quería problemas y, mientras, los agresores seguían dentro. Pero los gobiernos deberían centrarse en estos problemas, porque esto puede ir a más y podemos tener desgracias.

El consejo es, por lo tanto, denunciar las agresiones...

El problema de todo esto es que la mayoría de la gente no denuncia y se invisibiliza la violencia que estamos sufriendo el colectivo LGTBI. Es como si una mujer es maltratada por su marido y no denuncia, es el mismo tipo de miedo. Mucha gente tiene vergüenza y es un gran problema. Las personas tienen que denunciar las agresiones en la policía y en el juzgado y acudir a las organizaciones LGTBI, que para eso estamos, para ayudar, dar cobertura, aconsejar y también denunciar en el ámbito político.