Dos meses después de las elecciones autonómicas, Alfonso Rueda ha resultado elegido para presidir la Xunta de Galicia con el apoyo de la mayoría absoluta que el Partido Popular ostenta en el Parlamento. PSOE y BNG han votado en contra de su nombramiento, mientras que el único diputado de Democracia Ourensana ha optado por la abstención.
Rueda llega al cargo después de ocuparlo durante dos años, tras la marcha de Alberto Núñez Feijóo a Madrid para presidir el Partido Popular e intentar ganar las elecciones generales. Con la votación de este jueves se convierte en presidente a todos los efectos y abre un nuevo tiempo para el poder de la derecha en Galicia, instalado en la época post-Feijóo.
Durante sus intervenciones en las dos sesiones de la investidura Rueda ha mostrado un perfil duro: promete pelea con el gobierno central y tensión con los grupos de la oposición que lidera el Bloque Nacionalista Galego. En este sentido, a principios de semana anunció la creación de una oficina de asuntos constitucionales con la que pretende dar la batalla contra los recursos que Moncloa pueda plantear ante el Tricunal Constitucional frente a la legislación que se elabore en el parlamento gallego y pueda ser susceptible de invadir competencias que Galicia no tiene recogidas en su Estatuto de Autonomía.