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Ana Pontón, candidata del BNG: “El PP en esta campaña no esconde las siglas, esconde a su candidato”

Daniel Salgado

7 de febrero de 2024 22:38 h

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Las encuestas, prácticamente todas las encuestas, auguran que Ana Pontón (Sarria, Lugo, 1977) llevará al BNG al mejor resultado de su historia el 18 de febrero. La del CIS incluso abre la puerta a que se convierta en la primera presidenta nacionalista de Galicia. Pontón asegura que por fin se han alineado las ganas de cambio latentes en la sociedad gallega y la posibilidad real de que se produzca. También que su propuesta penetra en el electorado otrora del PP. Candidata a la Presidencia de la Xunta por tercera vez consecutiva, su discurso centrado en lo social –urge a detener el deterioro de la sanidad pública– y en la necesidad de la reorientación productiva del país –defiende la inversión en ciencia e innovación como estratégica– está llegando más allá del territorio habitual del Bloque. El estudio del CIS lo certificaba: Pontón es la líder más valorada.

¿Va a haber cambio el 18 de febrero?

Si todas las personas que quieren cambio van a votar y concentran su voto en el BNG, el 18 de febrero tendremos presidenta.

¿Por qué esta vez sí?

En las encuestas, que hay que tomar con precaución, hay una tendencia muy clara: el PP baja, el BNG sube, y hay una mayoría que quiere cambio. Lo principal es ser capaces de movilizar todo ese voto. Hay un agotamiento tras 15 años de un proyecto del PP que nos deja una Galicia más pequeña, una Galicia peor. Hay mucha ilusión por abrir una nueva etapa y hacer algo diferente. Y qué más diferente que una mujer presidenta del BNG.

En lo que va de campaña, ¿nota esa movilización de voto?

Hay una parte de ese voto que si no ve una opción real, a lo mejor ese domingo no va a votar. Pero hoy en la sociedad gallega se ve ilusión por el cambio y la gente ve que es posible. Eso va a movilizar a sectores que a veces no participaban en las elecciones gallegas. Lo vemos en las redes, en los actos, donde viene mucha gente. Y veo gente ilusionada. Cuando estás en un acto y miras al público, puedes ver la sensación que transmite. En la calle me paran para decirme “venga Ana, esta vez sí”. Está siendo una campaña muy emocionante y tengo la certeza de que lo vamos a conseguir.

Si el 18 de febrero cambia el color político de la Xunta, ¿cuáles son los dos o tres principales desafíos a los que se enfrentaría?

Hay una prioridad clara: acabar con el deterioro de la sanidad pública. Tenemos el compromiso de aprobar en los 100 primeros días un plan de rescate de la Atención Primaria con 200 millones de euros. Queremos que, al final de la legislatura, el 25% del presupuesto sanitario vaya a Atención Primaria.

Un cambio de modelo.

No son solo recursos. Necesitamos repensar la Atención Primaria y dotarla de más profesionales y de más especialidades. Incorporar psicólogos, porque el 30% de las consultas tienen que ver con salud mental. Hay una segunda cuestión, recuperar la capacidad productiva: Galicia necesita un nuevo modelo de desarrollo, sostenible pero que tiene que apostar por más industria y ser un referente en la ciencia y en la innovación. Hay que pasar de esta Galicia de la precariedad del PP a una Galicia de la ciencia y la innovación que representa el BNG. Y por último, poner los cuidados en el centro y que la igualdad avance, frente a todos esos discursos que nos quieren llevar hacia atrás. Galicia, con una presidenta feminista, va a poner la agenda de las mujeres como prioridad. Creo en la igualdad, que va a ser beneficiosa para todo el mundo.

¿Tiene una estructura de gobierno en la cabeza?

Evidentemente, cuando piensas en el futuro del país, piensas en una estructura de gobierno. Pero ahora es el momento de presentar nuestras propuestas. Sí hay alguna cuestión que tengo muy clara. Por ejemplo, que las competencias de Igualdad van a estar en Presidencia.

En todo caso, ¿cuáles serían sus núcleos políticos?

Sobre todo tiene que haber un proyecto de país.

El PP, que gobierna desde 2009, ¿no lo tiene?

A mí me llamó la atención que en el debate [de la CRTVG] Rueda solo hizo tres propuestas. Nosotros hicimos 26. Es el símbolo de un partido cuyo único proyecto en esta campaña es ofrecer cheques, parece una tómbola. Pero ningún proyecto de país. Estamos en un momento en que están cambiando muchas cosas en el mundo. Y Galicia tiene que ser capaz de enfrentar grandes retos como el cambio climático, poner este país a producir, la igualdad, un modelo sostenible... Son grandes debates, pero el actual gobierno tiene menos impulso que muchos presidentes de comunidad de vecinos. Está agotado, sin ideas, y su único proyecto es mantenerse en el poder. Mientras, el país se nos va de las manos.

Su discurso busca ensanchar la base electoral del BNG y hace llamamientos constantes a los no nacionalistas. ¿Puede el nacionalismo gallego llegar a votantes del Partido Popular?

Creo que ya estamos llegando. Va a haber muchas personas en estas elecciones que van a coger por primera vez la papeleta del BNG. No solo gente que votó PP, sino también a otras alternativas y que el 18 de febrero tienen claro que la opción del cambio va a ser el BNG. Soy la candidata de todas las personas que quieren una Galicia mejor. Tenemos que conseguir que ningún voto se pierda. Hay que concentrar el voto en el BNG, le estamos disputando la presidencia al PP y un puñado de votos puede decantar la balanza.

El PP está usando la ley de amnistía y el debate territorial en el Estado para hacer campaña en Galicia y atacar a la oposición a Rueda. ¿Le funciona?

Para el PP es más cómodo hablar de la amnistía que de las listas de espera en sanidad. Es más cómodo hablar de amnistía que de por qué se destruyeron 23.000 empleos en la industria. Es más cómodo hablar de la amnistía que de los 200.000 jóvenes emigrados. Intentan esconder el fracaso de su gestión. No les está funcionando. El 18 de febrero tenemos la oportunidad de demostrar que en Galicia no queremos que nos traigan las batallitas madrileñas. Que es una falta de respeto que quieran hacer de las gallegas y gallegos una especie de premio de consolación de Feijóo.

Feijóo también se la juega en estas elecciones.

Sabemos que Feijóo marcó la fecha electoral y sabemos que es Feijóo quien marca la estrategia del PP. Es una falta de respeto a este país. Una vez más, el Partido Popular usa Galicia en función de sus intereses de partido. Y Galicia es mucho más. Este 18 de febrero también vamos a ver cómo se penaliza esa manera de usar el país.

¿Qué opina de la ley de amnistía?

Es necesario avanzar en una solución política para un problema político. Y eso, lo veremos a corto y a medio plazo, es positivo.

Los conservadores mencionan continuamente las relaciones del BNG con Esquerra Republicana y Bildu. ¿Puede eso frenar las expectativas del nacionalismo gallego?

Me parece una estrategia desesperada. Cada vez que los escucho me digo: “Sus encuestas les deben de dar peores resultados de lo que pensamos”. Sinceramente. No saben cómo atacar al BNG. Lo único que demuestran es que la fuerza que les está disputando la mayoría es el BNG. Su campaña señala que el BNG es la fuerza política que puede abrir un tiempo nuevo en este país.

Rueda acusó al BNG de promover el monolingüismo en Galicia. ¿Qué defiende el BNG?

Tiene que haber un gran acuerdo por la lengua. Sería importante que nos pusiéramos de acuerdo en cómo garantizar el futuro de nuestro idioma. Hoy hay una realidad, y no es una opinión, si no algo constatado por estudios encargados por la Xunta a organismos oficiales: el 100% del alumnado sabe castellano, pero uno de cada tres estudiantes dice que no sabe hablar bien gallego. Y creo que todo el mundo, con independencia de la lengua que hable o use más o menos en su vida, piensa que el gallego es una riqueza y que todo el mundo tiene que aprenderlo. Tiene que haber igualdad en el conocimiento para que haya libertad de elección. Lo que sí me da pena es que tengamos un presidente de la Xunta que se manifestó en contra del gallego y que además votó en contra de que se pudiese usar en las instituciones.

¿Por qué ni Rueda ni nadie del PP irá al debate electoral de RTVE?

No debió de salir muy contento del debate de la TVG. Porque cuando crees que te fue bien, vuelves a debatir. Estoy no diría que sorprendida, porque al PP no le gusta debatir, pero sí creo que es una falta de respeto a la ciudadanía. Uno no puede querer presidir un país y no ir a un debate electoral. El debate es democracia. Me da la sensación de que el PP en esta campaña no esconde las siglas, esconde a su candidato.

Al contrario que en la etapa de Feijóo.

Al contrario de lo que hacía hace cuatro años. Rueda está a tiempo de rectificar. El debate es un derecho de la ciudadanía. Rueda le está faltando al respeto a los ciudadanos. Además de ese debate en Televisión Española, estamos a tiempo de programar otro entre el presidente de la Xunta y la líder de la oposición. Es habitual en los países de nuestro entorno. Acabamos de verlo en las generales. Sánchez fue mucho más valiente y aceptó un cara a cara [con Feijóo]. Lo que me pregunto es por qué el Partido Popular quiere esconder a su candidato.

Si finalmente hay debate en RTVE y nadie del PP asiste...

Lo va a haber.

¿Qué se podrá ver en un debate entre dos fuerzas que pactan habitualmente como el Bloque y el Partido Socialista?

Yo, exactamente igual que en cualquier otro programa, voy a intentar que la ciudadanía de este país conozca mejor nuestro programa electoral y nuestras ideas y alternativas. Voy a pedir el voto para el BNG porque es importante que concentremos todo el voto de cambio en el BNG. Esa papeleta garantiza un país mejor.

¿Qué supuso para usted el reencuentro político con Xosé Manuel Beiras?

Personalmente, para mí fue una gran alegría. Nuestra generación se incorporó al nacionalismo bajo su liderazgo. Fue, por lo tanto, sentir que todo está donde tiene que estar. Además resultó un momento muy emotivo. Y no solo para mí, por lo que he observado a lo largo de estas semanas. Tiene simbolismo político más allá de lo electoral: unir a las personas en base a lo importante, este país, los gallegos y gallegas y su vida. Es un acuerdo que no busca su parte del pastel, sino que entiende que este es un momento histórico y por primera vez podemos tener una presidenta del BNG en la Xunta.