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Opinión - Tócala otra vez, Sam. Por Esther Palomera

Ni el ascenso del Dépor ni la explotación del caso Asunta evitan que TVG haga otro mínimo histórico de audiencia en mayo

Luís Pardo

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La sangría de espectadores de la TVG sigue sin freno. Después de tocar fondo en abril con un 7,9% de audiencia, mayo ha demostrado que todavía podía caer más. Tras cerrar 2023 con un promedio del 11%, los 7'6 puntos de share que obtuvo en el quinto mes del año vuelven a romper un récord negativo en las casi cuatro décadas de vida del canal público. Junio no empezó mejor. Ni el sábado 1 ni el domingo 2 se alcanzó el 5,5 de cuota de pantalla. Mientras, la Xunta porfía en negar la caída y, al igual que la corporación, se sigue agarrando a los datos del EGM, un estudio basado en encuestas al que ninguna otra cadena le otorga representatividad.

En mayo, TVG volvió a ser la quinta cadena en audiencia de la FORTA, la federación de televisiones autonómicas, cada vez más lejos de una TV3 que la dobla (15,1) y a seis décimas de Canal Sur, que desde que la rebasó en el ranking no deja de aumentar la distancia. En Galicia, la televisión gallega fue la cuarta en audiencia, lejos del 13,4 de Antena 3 y superando a LaSexta por sólo una décima. En lo que va de junio, la primera edición de LaSexta Noticias ha superado ya en dos ocasiones a uno de los buques insignia de A Galega, el TeleXornal Mediodía.

Los resultados de los últimos treinta días han tumbado además otro de los tradicionales argumentos de San Marcos, el de ser la cadena pública más vista en la comunidad. Según los datos de Kantar Media, TVE la superó con 8 puntos de audiencia media en Galicia en mayo.

Con sus directivos preocupados y “muy nerviosos” de puertas para adentro, aunque el mensaje oficial sea de tranquilidad, mayo fue un mes de experimentos en la TVG. En los despachos de San Caetano decidieron encomendarse a dos valores aparentemente seguros para tratar de enderezar las cifras: el Deportivo de La Coruña y Asunta Basterra.

El ascenso del Dépor, lo más visto

El seguimiento del Deportivo en su lucha por regresar al fútbol profesional trascendía la locura que se vivía en A Coruña, donde las calles estaban tomadas por los colores blanquiazules y 30.000 personas abarrotaban el Estadio de Riazor. El partido contra el Barça B en el que consiguió el ascenso fue lo más visto del mes en el canal autonómico y el único espacio que TVG colocó entre los 20 con mayor audiencia de la FORTA.

El choque alcanzó un 22% de share con 105.000 espectadores de media y picos por encima de los 200.000 espectadores. La tele consiguió mantener esa ola hasta el jueves. Ese día, el programa estrella del prime time gallego, Land Rober, tenía como invitado a Lucas Pérez, héroe del ascenso, que llegó acompañado por Xosé Antonio Touriñán. El humorista, icono del espacio durante varias temporadas, no había vuelto a ese plató desde su marcha, por motivos que nunca aclaró públicamente, y esa tensión -espoleada por el futbolista, visiblemente divertido- dejó a Roberto Vilar con su mejor registro de la temporada: un 13,2.

Tras varias semanas sin alcanzar las dos cifras, la presencia de Lucas y Touriñán supuso un punto de inflexión que le permitiría remontar y cerrar el mes en sus cifras (11,24 de media), convirtiéndose en uno de los programas que mejor resisten la caída generalizada. El otro gran referente de las noches televisivas, el veterano Luar, no tiene la misma suerte y se ha desplomado algunos viernes por debajo del 8%.

Asunta: refrito y morbo

La otra apuesta era mucho más delicada. TVG optó por rentabilizar el efecto arrastre de El Caso Asunta, la serie de Netflix que se mantuvo durante un mes en el Top 10 de la plataforma en todo el mundo. El asesinato de la niña regresó a los magazines y durante varios lunes consecutivos se programaron especiales en prime time. En ellos no había prácticamente nada nuevo, simplemente se hilaban refritos de entrevistas y testimonios en torno al caso. Los contenidos, procedentes del archivo de la casa, databan tanto del momento en el que se cometió el crimen, en 2013, como del posterior juicio e incluso de la actualidad. Estos espacios comenzaron dejando buenos datos, antes de desinflarse, pero desde el primer día pero generaron duras críticas por su acercamiento al morbo.

Entre quienes dieron la alerta a través de las redes sociales, la exdiputada socialista Noa Díaz, integrante durante la pasada legislatura de la Comisión de Control a la CRTVG en el Parlamento.

Precisamente, el asunto salió de pasada en la primera sesión de la Comisión de esta legislatura. En una intervención muy crítica con la cobertura que los medios públicos hicieron de la histórica manifestación contra la macrocelulosa de Altri en Palas de Rei, la nacionalista Olalla Rodil denunció que la TVG no tuviese “ni el más mínimo espacio” para los vecinos convocantes mientras llevaba “un mes viendo metida en un agujero sensacionalista, dando cobertura al asesinato de una niña de 12 años sin el más mínimo rigor ni el más mínimo criterio deontológico y ético”.

Rodil repasó los contenidos de los especiales de los lunes. Mencionó entrevistas “a personas presas que estuvieron en la cárcel con una de las personas que fueron condenadas y que acabó suicidándose en la cárcel”, en referencia a la compañera de celda de Rosario Porto. También los “análisis perturbadores” de las cartas que escribía Asunta y “a señores que entran en casas ajenas a grabar psicofonías”.

La diputada se refería al TikToker Ángel Andrés Regalado, quien narró en el vespertino Quen anda aí? su grabación de 2020 del interior del chalé de Teo donde Asunta fue asesinada, una propiedad “abandonada” en la que se coló sin permiso y donde registró esas “psicofonías”. Un curioso contraste con el alarmismo con el que ese espacio trata la okupación. Unos días después, esa entrevista también fue recuperada para el prime time.

“Exceso retórico”

“Les pido que frenen esa deriva sensacionalista porque la responsabilidad social que tienen los medios públicos es la de ser reflejo de su sociedad, no de cosas macabras para intentar competir por un puñado de televidentes con una plataforma privada”, insistió, recordando que no se trataba de ficción sino de “el asesinato de una niña a tres portales de este Parlamento”.

“Acusar de sensacionalista a la TVG es un exceso retórico”, replicó en su turno el director xeral de la CRTVG, Alfonso Sánchez Izquierdo: “Si de alguna cosa adolece la CRTVG es de lo contrario”. “Puedo explicarle por qué se hizo esa serie de programas sobre el caso Asunta”, dijo a la diputada, antes de sumergirse en la polémica por el tratamiento de la movilización, y ya nunca lo explicó.

En esa misma comisión, la exconselleira de Educación y hoy diputada del PP Carmen Pomar, defendía que TVG era un “referente por sus resultados en el EGM”. Fueron los mismos datos que esgrimió en el hemiciclo el presidente de la Xunta cuando el portavoz del PSdeG le echó en cara la caída de audiencia de abril. “Esa bajada que no es tal coincide con su llegada a la política”, respondía Alfonso Rueda, negando la realidad que cada día recogen los audímetros.