La cuarta ola de la pandemia de COVID-19 se eleva con lentitud en Galicia. Desde que los casos activos de la tercera empezaron a bajar a principios de febrero -no así las cifras de pacientes hospitalizados, que tardan unos días más en reflejar el impacto de una caída de los contagios-, el nivel más bajo se alcanzó en la comunidad el 5 de abril. Aquel día al Servizo Galego de Saúde (Sergas) le constaban 2.147 personas que estaban pasando la infección. Desde entonces la cifra ha ido creciendo prácticamente a diario, sin saltos, pero de forma constante. En la actualidad hay 3.015 pacientes con una PCR positiva, un 40% más que entonces.
La barrera de los 3.000 casos activos, que no se registraba desde el 11 de marzo, se superó este fin de semana, tras cuatro jornadas con más de 200 nuevos positivos detectados cada 24 horas. Los datos actualizados este lunes por el Sergas y que recogen la información disponible hasta las 18.00 horas del domingo, muestran que en un día se confirmaron 159 contagios, 141 de ellos verificados con una PCR. La cifra desciende respecto a días anteriores, en una jornada en la que se hicieron también menos pruebas: 7.130 frente a las más de 9.000 del día anterior.
También va subiendo paulatinamente el número de personas ingresadas en las unidades de críticos de los hospitales gallegos. Hace 12 días eran 25, la cifra más baja alcanzada tras la tercera ola. El último dato disponible indica que son 45 en la actualidad. La mayor parte de ellos, 13, están en el área sanitaria de A Coruña. En planta se encuentran hospitalizadas 169 personas. Son 28 más que las 141 que marcaron el mínimo de este año el pasado 9 de abril.
Galicia no ha comunicado fallecimientos con COVID-19 en las últimas 24 horas. En todo el mes de abril ha informado de 40 fallecimientos, tantos como el día que más muertes se notificaron de toda la pandemia en la comunidad, a principios de febrero. El total se eleva a 2.382.
Con estas cifras, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, rechazó el domingo que se vayan a ampliar los horarios en la hostelería a corto plazo o que se vayan a relajar las restricciones. De momento, los bares seguirán cerrando a las nueve de la noche y los restaurantes que dan cenas, a las once, hora a la que empieza el toque de queda.