Condenado a cuatro años de cárcel un entrenador de hockey de Ourense por abusos sexuales a una menor de edad

Un entrenador de hockey de Ourense ha sido condenado por la Audiencia Provincial a cuatro años de cárcel por abusar sexualmente de forma continuada de una jugadora menor de edad. La sentencia de la sección segunda le imponte también cinco años de libertad vigilada, le prohíbe acercarse y comunicarse con la víctima durante el mismo periodo y lo condena a pagar una indemnización de 8.000 euros. También le prohíbe entrenar a menores durante seis años.

Los magistrados consideran probado que en 2021 se produjeron dos episodios distintos. En septiembre de ese año recogió a la víctima, de 14 años entonces, para llevarla en su coche al entrenamiento, algo que era habitual. Ese día la llevó a un almacén situado en la parte exterior trasera de las instalaciones en las que entrenaban con la excusa de que le iba a regalar alguna camiseta. Allí, según la sentencia, se sentó en una silla y le dijo a la menor que se sentara en sus rodillas. Ella lo hizo “mediatizada por las circunstancias” y el condenado la agarró “la sentó sobre él a horcajadas y comenzó a tocarle las piernas y los pechos por encima del sujetador”. El relato añade que le agarró las nalgas y le retiró la mascarilla para darle un beso en la boca.

La víctima se negó a “continuar en tal situación”, pero el entrenador “insistió en varias ocasiones”, hasta que terminó por llevarla al entrenamiento. Al día siguiente, según la sentencia, el hombre volvió a recoger a la menor y, después de preguntarle si estaba enfadada, le volvió a insistir para que fuese con él al almacén para coger un palo de hockey. Allí, se repitió el abuso y la menor “mostró su oposición” y buscó su teléfono móvil para llamar a su madre, pero el condenado se lo quitó. Cuando se hizo tarde para el comienzo del entrenamiento, abandonó esta actitud.

Después de lo ocurrido, la menor dejó de practicar hockey y tiene secuelas psicológicas. La sentencia sostiene que su testimonio es “claro, reiterado y digno de crédito” y que lo que cuenta “aparece corroborado por las pruebas pericial y testifical practicadas”. No hay “motivo de resentimiento o animadversión” que lleve a pensar que lo que dice la víctima no es veraz, añade el documento, que indica que los psicólogos forenses declararon que tiene “un síndrome compatible con el relato de abuso sexual descrito”.