El pasado 13 de diciembre los gobiernos autonómico y central tenían las primeras noticias de la llegada de pellets de plástico a las playas de Galicia. Ese día, a las 15:32, el servicio del 112 en Galicia, dependiente de la Xunta, se comunica con Salvamento Marítimo para alertar de los primeros vertidos. En esa comunicación con el servicio gallego de emergencias se narra lo siguiente: “Se recibe llamada de 112 comunicando que un particular informa de unos sacos de rafia con pequeñas bolas plásticas en Playa de Vilar en Ribeira. Previamente CEMMA había enviado fotos y comunicación del asunto”. Una hora después se produce otra comunicación, a cuyo contenido ha tenido acceso elDiario.es. En ese segundo intercambio de mensajes se dice: “112 informa que personal del ayuntamiento ha estado limpiando la playa y que la zona queda limpia”. La Xunta no solo conocía el vertido para entonces sino que había movilizado los primeros medios para atajarlo.
Pero habría que esperar más de tres semanas, hasta el 5 de enero, para que la Xunta de Galicia reaccionase activando su plan anticontaminación. A pesar de lo anterior, el presidente gallego, Alfonso Rueda, ha acusado este lunes al Gobierno central de “falta de información”: “La primera comunicación oficial que tenemos es del 3 de enero”, ha asegurado. Las transcripciones de las comunicaciones entre el 112 gallego y Salvamento Marítimo desmienten rotundamente la versión oficial del gabinete que dirige el candidato del PP en las autonómicas del próximo 18F.
Mientras la Xunta dejaba pasar los días, millones de pellets de plástico empezaban a aparecer en playas alejadas de los primeros hallazgos, hasta que este lunes se han localizado por primera vez en arenales de Asturias. Mientras, grupos de voluntarios han organizado rudimentarias operaciones de limpieza autogestionada en las playas más afectadas.
El intercambio de información entre administraciones registrado el 13 de diciembre no fue el único. El pasado 20 de diciembre Salvamento Marítimo informó al servicio de guardacostas de Galicia, dependiente de la Xunta, de que el origen del vertido se situaba en torno al barco Toconao. Se trata de la segunda ocasión en la que el Gobierno mantiene interlocución con la Xunta sobre el riesgo del vertido de pellets frente a la costa de Galicia. Frente a estas llamadas, Alfonso Rueda mantiene que su ejecutivo no tuvo ninguna comunicación oficial hasta el 3 de enero, dos días antes de que el Gobierno gallego decidiese poner el marcha el plan anticontaminación.
Ni siquiera la conversación mantenida este domingo entre la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente gallego, Alfonso Rueda, ha servido para reforzar los servicios de limpieza de Galicia con las aportaciones que el Estado ha ofrecido. La Xunta se resiste a declarar el nivel dos de alerta que le permitiría recibir la ayuda del Gobierno central. Y es que Rueda ve el episodio de contaminación como un capítulo más de la precampaña que llevará a los gallegos a las urnas el próximo 18F. Durante un desayuno informativo en Madrid, el presidente y candidato del Partido Popular ha asegurado: “El que quiera ayudar, que ayude. El que no, que siga haciendo campaña con la oposición en Galicia”.
Y mientras tanto los mensajes que prepara el equipo de Rueda buscan la tranquilidad a cualquier precio. Su conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, se ha despachado este lunes con la teoría de que las bolas de plástico “no son tóxicas ni peligrosas”. Le ha contestado, desde los micrófonos de Al Rojo Vivo, el secretario de Estado en la materia, Hugo Morán: “El plástico no es comestible”.