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Crecen los varamientos de animales en la costa gallega: desde delfines mulares a un infrecuente tiburón solrayo

Un total de 316 animales marinos vararon en la costa gallega en 2022, una cifra que es “bastante superior” a la media de los últimos 30 años, según los datos de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma). La mayor parte eran cetáceos, de los que constan 250. Algunas de las especies no se habían visto antes en aguas gallegas, como fue el caso del tiburón solrayo (Odontaspis ferox) que apareció en junio en aguas de la ría de Arousa. También han aparecido en el litoral de la comunidad el año pasado especies poco frecuentes como tres tipos distintos de zifios.

El informe anual de Cemma llama la atención sobre el elevado número de varamientos de 2022. La media anual de las últimas tres décadas es de 236 animales, indica. El año pasado aparecieron, además de los 250 cetáceos, 14 pinnípedos (como los leones marinos y focas), 38 tiburones, siete tortugas y siete nutrias. El 54% de los cetáceos son delfines comunes, informa Europa Press.

El 17% de los animales atendidos eran ejemplares que vararon vivos. Aquí destacan tres delfines comunes que pudieron ser rescatados en Boiro, así como otros 13 que fueron reintroducidos por los propios alertantes en Ponteceso. La mayoría de estos animales quedan varados en las Rías Baixas, el 62% entre A Guarda y Fisterra. No obstante, todos los lobos marinos se encuentran en la zona norte de Galicia, dado que son cachorros de colonias de cría de las islas británicas y Francia.

Si bien gran parte de estos ejemplares aparecen entre enero y marzo, Cemma explica que este fenómeno “ya no es solo único en invierno”, pues en los últimos años se constatan picos durante el verano.

También llama la atención sobre el “alto número” e delfines mulares detectados, que fueron cerca de una treintena, cuando hace 10 o 15 años suponían la mitad, relata Cemma.

Galicia tiene documentada la presencia de cerca de una treintena de especies de cetáceos, aunque no todos los años aparecen todas. En 2022, llegaron por primera vez hasta tres especies diferentes de zifios en el mismo ejercicio, que por estas costas solo hay un ejemplar al año en el mejor de los casos. En detalle, fueron zifios de tipo común (Cuvier), así como de Blainville y Sowerdy. También se observó un cachalote pequeño.

En lo tocante a la recuperación que realiza el Cemma de individuos, a lo largo del año pasado se llevó a cabo la de cuatro lobos marinos -dos de ellos grises- y dos tortugas comunes. Entre estos, una tortuga, llamada Nemiña, sigue en recuperación, mientras que un cachorro de lobo marino falleció tras llegar a Xove (Lugo) con “solo 13 kilos”, cuando estos ejemplares acostumbra a tener entre 30 y 35 kilos en esa etapa.

Uno de los problemas que se encuentra cada año en estos animales es la presencia de plásticos. La tortuga Nemiña, encontrada en la playa homónima de Muxía, llegó enredada en una maraña de cabos y un saco de rafia. En el caso de un tiburón peregrino que apareció muerto en junio en una playa de Oleiros, en su estómago Cemma encontró una bolsa, un tapón y redes en su estómago.

El año pasado, la coordinadora intervino también para tratar de liberal al delfín Manoliño, conocido por acercarse e interactuar con la gente en la ría de Muros e Noia, de un arpón que tenía clavado. El pasado 30 de octubre, este mamífero apareció en el puerto de O Freixo, en Outes, con el objeto clavado. Tras varias jornadas de intentos infructuosos para poder sacar el arpón al delfín, días más tarde se constató que ya no tenía clavado el instrumento en el costado, al tiempo que se observó una mejoría en la herida.