Las turbulencias no cesan en el seno de En Marea tras las elecciones internas que el pasado día 24 dieron la victoria a la candidatura encabezada por su hasta ahora portavoz, Luís Villares, frente a la lista del sector crítico, liderada por el exdiputado David Bruzos y avalada por Podemos, Esquerda Unida, Anova y las principales mareas municipalistas, como Marea Atlántica, Compostela Aberta o Ferrol en Común. También por los alcaldes de esas tres ciudades.
Este 26 de diciembre, fecha marcada en el calendario interno para la proclamación definitiva del escrutinio -1.596 votos para la lista de Villares (Coidando a casa) frente a 1.098 para la de Bruzos (Entre todas)-, un miembro de la comisión de garantías en funciones de la formación, Manuel Nogueira, ha anunciado la definitiva judicialización del proceso. Él mismo, avanza, ha pretendo una denuncia en los juzgados de Ourense para intentar “invalidar las votaciones”.
Mientras que el propio Villares defiende la limpieza del proceso -las votaciones estuvieron paralizadas durante quince días porque, según el sector mayoritario de la comisión de garantías, se habían producido accesos irregulares al censo por parte d elos críticos-, Nogueira sostiene que las primarias se celebraron en una situación “ilegal”. Según ha avanzado a Europa Press, la asociación independiente que iba a supervisar las votaciones renunció a este trabajo por el cambio de plataforma informática, derivado precisamente de los presuntos accesos irregulares. Al no existir auditores externos, dice Nogueira, las elecciones se han saltado las normas internas y, por tanto, son “ilegales”.
Ferreiro y Noriega se centrarán en las municipales
A apenas tres días de la constitución del Consello das Mareas -máximo órgano de dirección ordinaria del partido instrumental- emanado de los comicios internos, la denuncia de Manuel Nogueira ha actuado internamente a modo de recordatorio de que el riesgo de ruptura de la formación sigue sobre la mesa. No en vano, desde Entre todas ya han avanzado su intención de abrir un proceso de “reflexión” sobre la continuidad del espacio “de unidad popular”.
Villares, por su parte, reitera que es el momento de “dejar de enredar”. “El camino es la unidad”, advierte el también portavoz de En Marea en el Parlamento gallego, desde cuyo punto de vista “nadie entendería” que las diferencias internas derivasen en una escisión.
Mientras, dos de los principales referentes de la candidatura crítica con Villares, los alcaldes de A Coruña y Santiago, admiten que tras los resultados de las elecciones internas su implicación en la esfera gallega de la organización será menor o, a efectos prácticos, inexistente. Así, el regidor coruñés, Xulio Ferreiro, admite que en los últimos meses ha puesto “mucho esfuerzo” en que “En Marea fuese útil para Galicia”, si bien “hay que saber el lugar que uno ocupa y dejar que otros lleven las cosas”. Él, afirma, sigue los sucesos internos de En Marea “desde la distancia” porque su “cabeza” está en el Ayuntamiento y en las próximas elecciones municipales, para las que ya ha registrado su precandidatura como cabeza de lista de Marea Atlántica.
Mientras, desde Santiago, Martiño Noriega ha admitido en declaraciones a la Cadena SER que los movimientos de Compostela Aberta para intentar crear una “mesa de confluencia” que desencallase los conflictos internos no han “funcionado”. “Hemos intentado intermediar”, resume Noriega, desde cuyo punto de vista de los sucesos de las últimas semanas “no ha salido nadie victorioso”. Personalmente, avanza, sus esfuerzos estarán centrados en el “espacio local” de Compostela Aberta que, advierte, no debe resentirse por los contenciosos de En Marea a nivel gallego.