La práctica totalidad de los principales dirigentes políticos que tuvieron que gestionar la catástrofe del Prestige, destinatarios de las protestas ciudadanas en aquellos años, han continuado acumulando diversos puestos durante los trece años que ya han transcurrido desde la catástrofe. Excepto Manuel Fraga, fallecido en enero de 2012, y Jaume Matas, defenestrado de la política a causa de sus condenas por corrupción, el resto de cargos de la época continúan vinculados a la política, comenzando por Mariano Rajoy, vicepresidente y principal portavoz del Gobierno de José María Aznar en los meses posteriores al naufragio. Estos han sido sus recorridos.