En Atlas (Galaxia, 2019) el poema se despliega proteico por tiempos y geografías. El yo no es el centro del mundo, porque el mundo es grande, a veces terrible, un mosaico de vidas y la memoria de los objetos que las conforman. Atlas es el primer libro de la poeta Alba Cid (Ourense, 1989) y el Ministerio de Cultura acaba de otorgarle el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández. Es la segunda vez que lo consigue una obra en gallego, después de que en 2015 lo obtuviese Gonzalo Hermo (Rianxo, A Coruña. 1987) por Celebración.
“Constituye una reflexión sobre como la literatura elabora mapas de la realidad y sobre el valor moral que puede tener la literatura como problematización del mundo”, ha señalado el jurado del galardón, dotado con 20.000 euros. Usa verso largo, a veces derramado sobre lo narrativo, salpicado de referencias a culturas canónicas y populares, de Wallace Stevens a los mapas de hueso de los inuit, de John Ashbery -una de sus grandes influencias- a los asmat de Papúa Occidental.
“pequena occidental, / confías na historia das palabras / porque nunca puideches confiar na dos homes”, escribe en el poema que abre el volumen, Historia apócrifa dos tulipáns ou as alucinacións nos Países Baixos. “Es poesía tanto del conocimiento como de la emoción, y presenta una nueva cartografía en que se funden el mapa del cuerpo con el del planeta, la memoria y el enigma”, añadió el jurado.
Atlas es el segundo Premio Nacional que recibe este año la poesía gallega. La semana pasada fue Olga Novo (Vilarmao, A Pobra do Brollón, Lugo, 1975) la que llevó el de poesía por Feliz Idade. Antes solo Manuel Álvarez Torneiro (A Coruña, 1932-2019) por Os ángulos da brasa en 2013, el citado Gonzalo Hermo -en modalidad joven- y Pilar Pallarés (Culleredo, A Coruña, 1957) por Tempo fósil en 2019 habían recibido la distinción.